Las tiendas MLC en Cuba en la actualidad son lo que antes eran las CUP: el efectivo en dólares marca la distinción.

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Foto: Cuba Noticias 360

En La Habana, el panorama del comercio estatal se está transformando de manera evidente: las tiendas en MLC (monedas libremente convertibles), que anteriormente se consideraban “las más surtidas”, ahora se presentan como cascarones a medio llenar. Por otro lado, las tiendas que suelen tener un mejor abastecimiento son aquellas que aceptan dólares en efectivo o la Tarjeta Clásica (Fincimex), además de algunas tarjetas internacionales. Lo que sorprende y genera un profundo malestar es que las tiendas MLC están «llenas» de dólares y otras monedas extranjeras, que tras ser depositadas en estas cuentas en Cuba han perdido su valor, sin que haya una solución gubernamental o explicación al respecto.

Las tiendas MLC: de “las más surtidas” a estantes vacíos

Con la expansión del modelo de venta en MLC en un país ya afectado por la inflación, la promesa implícita fue clara: mayor oferta a cambio de captar divisas. Este modelo comenzó a consolidarse a partir de la apertura y expansión de tiendas en MLC en 2019-2020 y en los años posteriores. Pero para 2024-2025, la situación ha cambiado drásticamente: cada vez hay menos tiendas con MLC “como antes” y, donde aún existen, el surtido es irregular, casi siempre con productos nacionales y sumamente escasos. Esta “devaluación práctica” del MLC como circuito comercial evidencia que las tiendas se están reorientando para operar en USD (ya sea en efectivo o con tarjetas específicas), dejando atrás la MLC en la práctica.

Dado que los cubanos no reciben su salario en USD, sino en pesos cubanos, y su salario promedio raramente supera los 12 USD, el esfuerzo por surtir una tarjeta en MLC desde el exterior o depositar USD en efectivo se ha vuelto casi nulo, ya que con el nuevo reordenamiento de las tiendas, los dólares en MLC valen mucho menos que los de las tarjetas clásicas. A esto se suma que el gobierno ha indicado que no es posible transferir fondos de la tarjeta en MLC a la Clásica ni tiene intenciones de incluir las MLC como tarjetas autorizadas en este nuevo circuito de tiendas. ¿Por qué, si ambas son en dólares?

Un breve recorrido por la única tienda en MLC que aún queda en un pueblo habanero, donde las otras tres han sido convertidas a USD, mostró algunos estantes con latas en conserva de producción nacional y unas botellas de néctar de guayaba.

La nueva “línea de suministro”: Clásica y dólares en efectivo

Cantidad y calidad: la reciente y acelerada apertura de comercios que no aceptan MLC y priorizan como formas de pago el USD (en efectivo) o a través de Tarjetas Clásicas, Visa/Mastercard, junto a la variedad de artículos principalmente importados que ofrecen, evidencia “por dónde van las tendencias”. Nos enfrentamos a una redolarización, dado que las MLC ya eran en dólares. ¿Qué queda, entonces, para el CUP, que es la moneda nacional de Cuba y en la cual cobran todos los trabajadores del estado cubano? Es una pregunta sin respuesta…

Sin embargo, no todo es “color de rosa” en las nuevas tiendas más dolarizadas que las MLC. La queja que más “enciende” a la población es que el vuelto “no existe”. En tiendas que operan con USD efectivo, fuera de las zonas muy céntricas o turísticas, hay clientes que reportan falta de cambio en dólares, y muchos se ven obligados a ofrecer el importe exacto de sus compras. Además, cuando el cambio es inferior a un dólar, se ofrece “sustitutos” (como galletas, sobres de condimentos y hasta caramelos), lo que ha generado burlas e indignación en redes sociales.

A esto se suma otra queja frecuente: en varias de estas tiendas dolarizadas no se aceptan euros en efectivo, lo que deja a muchos compradores (o familiares emigrados que envían dinero) atados a conseguir USD o recargar tarjetas específicas.

La percepción social se resume en una frase que cada vez se escucha más: “Las MLC hoy son como las CUP de antes”: locales con poca oferta, colas cuando “entra algo” -aunque ya casi no se ven colas en estas tiendas- y un consumo que depende de “lo que apareció”, sin relación con lo que realmente necesita la familia.

Todo esto conduce a una población cada vez más segmentada, donde las diferencias sociales son más evidentes que nunca: quienes tienen acceso a dólares y monedas extranjeras compran y viven de manera diferente a quienes dependen únicamente de la moneda nacional, lo que también genera mayor desconfianza en los sistemas bancarios, ya que de un día para otro las monedas que no son ni nacionales ni fáciles de conseguir pueden perder valor, como ya ocurrió con el extinto CUC y ahora está sucediendo de manera similar e inaudita con las tarjetas en Monedas Libremente Convertibles (MLC).

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