Foto: RRSS
Un nuevo episodio de violencia contra el transporte de pasajeros se registró recientemente en Cuba. Los informes indican que un ómnibus interprovincial fue apedreado en la carretera que une Las Tunas y Bayamo.
El vehículo es propiedad de la mipyme PEDROCARR S.R.L., según se informó en el grupo de Facebook Transportación Habana TH, donde se denunciaron los hechos.
Según la información divulgada, el ataque no dejó heridos, tanto entre los pasajeros como entre los trabajadores del ómnibus. Sin embargo, causó daños materiales y generó momentos de tensión para aquellos que estaban a bordo.
La fuente también destacó que otros ataques similares han ocurrido recientemente contra medios de transporte de pasajeros. Este incidente específico no es aislado; es el segundo acto vandálico contra vehículos de la misma empresa en menos de una semana. Apenas cuatro días antes, otro ómnibus de PEDROCARR S.R.L. que cubría la ruta Santiago de Cuba-La Habana fue también apedreado en la carretera de Contramaestre, en la provincia de Santiago de Cuba, bajo circunstancias similares.
Hasta el momento, no se ha informado sobre personas detenidas ni se han adoptado medidas específicas para prevenir ataques de este tipo. Como señalaron varios internautas en las redes sociales, situaciones como esta pueden escalar rápidamente y, dada la gran cantidad de personas que viajan en estos medios de transporte, muchos pueden resultar heridos si no se toman acciones adecuadas.
La repetición de estos incidentes afecta directamente a pasajeros, choferes y trabajadores del sector, quienes se exponen no solo a las dificultades inherentes al transporte en Cuba, sino también a actos de violencia que amenazan su integridad física.
En un contexto ya marcado por la escasez de opciones de movilidad y la sobrecarga de los servicios estatales, cada agresión contra un ómnibus limita aún más la ya restringida capacidad de traslado entre provincias.
Además, el debate sobre la seguridad en las vías y carreteras cubanas se intensifica tras estos ataques a los ómnibus. Los actos vandálicos y violentos parecen estar convirtiéndose en una norma en la isla, afectando no solo a los vehículos, sino también a la confianza y la integridad física de los pasajeros y trabajadores que diariamente deben desplazarse en un entorno cada vez más inseguro.



