Fotos referenciales: Shutterstock
No se vislumbra una solución a la policrisis en Cuba: la situación económica no mejora, la crisis electroenergética sigue sin alivio y la situación epidemiológica tampoco da señales de cambio. Así, la isla se enfrenta a la Nochebuena, en un contexto donde la gente se pregunta qué razones tiene para dar gracias en la mesa.
En medio de las múltiples dificultades que enfrenta el país, la creatividad y la solidaridad se transforman en elementos clave para mantener vivas las tradiciones. Este 24 de diciembre, ante la escasez de recursos básicos, los hogares cubanos se preparan para celebrar con ingenio, rescatando recetas del pasado y adaptándolas a la realidad actual.
A lo largo de la historia, la cena de Nochebuena en Cuba ha estado marcada por platillos icónicos como el cerdo asado, el arroz congrí, la yuca con mojo y los dulces caseros. Sin embargo, el contexto actual exige replantear las formas de preparación y sustituir ingredientes según la disponibilidad.
En barrios y comunidades, muchas familias eligen compartir los recursos que tienen. La cooperación entre vecinos permite que, aunque no todos puedan conseguir un cerdo entero, se preparen versiones más modestas: trozos de carne al horno, pollo marinado o incluso pescado, dependiendo de lo que se logre adquirir en los mercados locales.
Cuba Noticias 360 propone cinco platillos para elaborar en las difíciles condiciones en las que la isla llega a las celebraciones de Nochebuena y Navidad.
1. Cerdo al horno en porciones pequeñas: En lugar del tradicional lechón asado, se utilizan cortes más accesibles y pedazos más pequeños de carne. Se adoban con ajo, naranja agria y especias locales, logrando así el sabor característico que evoca la tradición.
2. Arroz congrí con frijoles negros: Aunque el frijol colorado es escaso y todos los granos han visto un aumento exorbitante en su precio, el frijol negro sigue dominando muchas mesas. Cocido con un sofrito sencillo y acompañado de laurel y comino, mantiene la esencia de la receta.
3. Yuca hervida con mojo criollo: La yuca, más accesible en los mercados agropecuarios, se convierte en un acompañante esencial. El mojo, preparado con ajo, cebolla y aceite, se ajusta según los ingredientes disponibles.
4. Ensaladas de estación: Tomate, pepino y col, productos más comunes en esta época, se combinan en ensaladas frescas que aportan color y balance al menú.
5. Dulces caseros: Ante la escasez de huevo y su elevado precio, lo que dificulta la elaboración de dulces más elaborados, el pudín de pan o los casquitos de guayaba (si se puede con queso) se presentan como alternativas que, con pocos ingredientes, garantizan un toque dulce a la celebración.
Más allá de los platillos, la cena de Nochebuena en la Cuba actual simboliza unión y esperanza. En muchos hogares, la preparación de los alimentos se transforma en un acto colectivo: familiares que se reúnen desde temprano para cocinar, vecinos que intercambian productos y jóvenes que aportan nuevas ideas culinarias.
Con sus recetas reinventadas, esta celebración se convierte, más que nunca, en un símbolo de la fuerza colectiva y del optimismo que, a pesar de las adversidades, sigue presente entre los cubanos.
