Foto: RRSS Tiendas Caribe
Una sencilla publicación en redes sociales fue suficiente para iniciar la controversia. Tiendas Caribe Grandes Centros, una de las cadenas estatales más destacadas en La Habana, declaró la disponibilidad de “frutas en 5ta y 42” como parte de su oferta para el fin de año. En pocas horas, la reacción de los ciudadanos fue inmediata y cargada de indignación.
Lo que se suponía que sería un mensaje promocional se transformó en un indicador del descontento social: más de un centenar de comentarios cuestionando precios, acceso, moneda de pago y condiciones básicas del servicio.
¿Cuál es el precio de las “frutas de fin de año”?
Frente a las inquietudes de los usuarios, la propia empresa estatal respondió en los comentarios. Las uvas tienen un costo de 9,20 USD por kilogramo y las manzanas a 0,60 USD cada una.
Estas cifras desataron una ola de reacciones. Para muchos habaneros, esos precios son incompatibles con salarios que apenas alcanzan los 20 o 25 dólares mensuales, incluso sin considerar el cambio informal del peso cubano; y que además, no son en dólares.
“En otra publicación las vi a 11 dólares”, escribió una usuaria. “¿Y en moneda nacional cómo quedarían?”, preguntó otro. “Imagínate, 9.20 son más de 4.000 pesos”, respondió un comentario que rápidamente acumuló reacciones.
Dólares, apagones y una brecha cada vez más notoria
Más allá del costo, varios comentarios señalaron una contradicción que se repite con frecuencia: tiendas con precios en divisas ubicadas en áreas donde los apagones son habituales.
“En 5ta y 42 nunca hay electricidad,” denunció una usuaria, mientras que otros cuestionaban cómo se pueden conservar productos frescos en medio de prolongados cortes de energía.
El debate también reavivó una situación persistente desde hace varios años y que muchos cubanos consideran cada vez más ofensiva: el Estado vende alimentos básicos en dólares mientras multa o persigue a vendedores privados por precios elevados en pesos cubanos.
Cuando la promoción se vuelve en contra del discurso oficial
La publicación de Tiendas Caribe no prometía abundancia ni descuentos. Solo informaba sobre la disponibilidad. Sin embargo, el contexto lo transforma todo: fin de año, crisis alimentaria, inflación descontrolada y una población que mayoritariamente no tiene acceso regular a divisas.
Para cientos de usuarios, las llamadas “frutas de fin de año” no representan celebración, sino exclusión. Un símbolo más de un mercado segmentado donde la posibilidad de alimentarse depende, cada vez más, de la moneda que se tenga en el bolsillo.
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