¿Acudirá el Estado a la venta de dólares al tipo de cambio oficial?

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Foto: Cuba Noticias 360

Desde que el Banco Central de Cuba comenzó a divulgar, por segundo día consecutivo, la nueva tasa oficial del dólar, una pregunta resuena con insistencia en la calle, en las redes sociales y entre los actores económicos: ¿implica esto que el Estado realmente venderá dólares a ese precio? ¿O es solo otra cifra de referencia, desconectada de la experiencia diaria?

La incertidumbre no es trivial. Durante años, el sistema cambiario cubano ha estado marcado por anuncios incompletos, tasas oficiales sin acceso real y una profunda brecha con el mercado informal, lo que ha erosionado la confianza pública cada vez que se introduce una “reforma” monetaria.

Por esta razón, la publicación de una tasa flotante que se había prometido desde el 2024 ha generado más interrogantes que certezas.

El nuevo esquema cambiario establece la coexistencia de tres tasas oficiales: la histórica 1×24, la 1×120 y ahora el denominado Segmento III, cuya cotización se ajusta según la oferta y la demanda y es publicada diariamente por el Banco Central. Esta última ha colocado al dólar por encima de los 400 CUP, acercándose por primera vez de forma significativa a los valores del mercado informal.

Entonces, ¿venderá el Estado los dólares?

La respuesta oficial, aunque no siempre expresada de manera clara en los titulares, es afirmativa. Tanto el Banco Central como los medios estatales han confirmado que las personas naturales podrán comprar y vender divisas, incluido el dólar, en bancos y casas de cambio utilizando la nueva tasa flotante.

Es decir, el Estado sí contempla la venta de dólares al precio que él mismo publica, algo que durante años fue prácticamente inexistente en la práctica.

Sin embargo, ese “sí” viene acompañado de matices importantes. Las operaciones estarán sujetas a la disponibilidad real de divisas, límites por transacción y condiciones operativas que pueden variar según la institución. Además, la experiencia reciente sugiere que el acceso no será inmediato ni amplio para todos, al menos en un primer momento.

El objetivo declarado del Gobierno es atraer divisas al sistema financiero formal, reducir la presión del mercado informal y avanzar gradualmente hacia una unificación cambiaria. Pero el impacto real de la medida dependerá menos del anuncio y más de una pregunta aún abierta: ¿habrá suficientes dólares en las arcas bancarias para sostener esa promesa?

Otro punto clave es la operatividad. ¿Puede la población acudir a bancos o CADECA y comprar dólares a esa tasa? ¿O el mecanismo está diseñado únicamente para captar divisas que ya circulan fuera del sistema financiero?

Por ahora, el Estado ha afirmado que venderá dólares a su tasa oficial. Lo que queda por ver es con qué alcance, con qué frecuencia y para cuántos, en una economía donde la escasez de divisas sigue siendo uno de los principales cuellos de botella.

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