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El gobierno cubano ha ordenado la expulsión del sacerdote mexicano José Ramírez, quien residía en la isla desde hace varios años. Esta medida se tomó después de que el sacerdote hiciera sonar las campanas de la iglesia La Milagrosa, ubicada en el barrio de Santos Suárez, durante una de las recientes protestas contra los apagones y la crisis que afecta al país.
La decisión, comunicada a las autoridades eclesiásticas como la no renovación de su residencia temporal, agrava el actual clima de tensión entre el gobierno cubano y sectores críticos dentro de la Iglesia Católica.
El anuncio se produjo tras la difusión, el 8 de diciembre, de un video publicado por el activista Adelth Bonne Gamboa, donde se escuchaba el cacerolazo de los vecinos junto al repique de las campanas del templo.
Según Martí Noticias, oficiales de la Seguridad del Estado interrogaron y presionaron directamente al sacerdote, quien deberá abandonar la isla y regresar a México lo más pronto posible.
La salida forzada de Ramírez ocurre en un contexto en el que figuras religiosas han expresado abiertamente su preocupación por la crisis del país. Voces como las de los sacerdotes Lester Zayas, Alberto Reyes, Kenny Fernández Delgado y José Conrado Rodríguez Alegre, así como la religiosa Sor Nadiezka Almeida, han cuestionado públicamente la falta de libertades y el deterioro generalizado de la calidad de vida en la isla, lo que ha incomodado a las autoridades.
Mientras tanto, las protestas de la noche del lunes han sido las más grandes en los últimos meses en Cuba, con varios municipios de la capital, como Regla y Marianao, saliendo a las calles.
Poco después, como si fuera por arte de magia, toda La Habana volvió a tener electricidad durante horas.
