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Este lunes por la noche, los habaneros salieron a protestar después de soportar apagones de hasta 14 horas durante varios días consecutivos. Esta situación resulta especialmente frustrante, ya que mientras amplias zonas de La Habana están a oscuras, otras áreas, incluyendo eventos culturales como el Festival de Cine de La Habana, no sufren interrupciones.
Los vecinos de la intersección de 124 y 35, en Marianao, llevaron a cabo una protesta nocturna que incluyó el sonido de calderos. En otras localidades, también se registró la quema de neumáticos en las calles, lo que, según varios videos, llevó a restablecer el suministro eléctrico.
Este escenario se desarrolla en un contexto complicado para el Sistema Eléctrico Nacional (SEN), donde el ministro de Energía y Minas explicó, una vez más, que a pesar de que varias termoeléctricas han recibido mantenimientos capitales y se están incorporando fuentes renovables, la escasez de combustible sigue siendo el principal obstáculo para mantener la generación y estabilizar el servicio.
Reconoció además que 2026 podría ser «un año ligeramente mejor», aunque sin ninguna garantía de eliminar las afectaciones, ya que se depende del suministro de combustible y la infraestructura es frágil. Muchos desconfían de esta afirmación, especialmente después de los pronósticos sobre un mejor 2025 que no se materializaron.
La protesta en Marianao, aunque breve y bajo vigilancia policial, refleja el creciente descontento de las comunidades que sienten una desconexión entre los anuncios oficiales y la realidad cotidiana.
Si la falta de combustible persiste, lo cual es probable ante un pronóstico desfavorable, los apagones continuarán, ya que la tensión social no se apaga, sino que se acumula.



