Foto: RRSS
Texto: Fede Gayardo
La familia de Ángel Hung Ramos, un anciano con demencia senil que estuvo desaparecido por diez días, ha confirmado su fallecimiento en Manzanillo. Este desenlace ha dejado a sus seres queridos sumidos en la tristeza y pone de manifiesto la fragilidad de las búsquedas de personas en Cuba, donde no existen protocolos oficiales para estos casos.
La noticia fue compartida por su hija en Facebook. Identificada como Einna Eiram Gnuh Zelaznog, comunicó que su padre, residente en Santiago de Cuba, fue visto por última vez el 26 de noviembre en Manzanillo. Tras días de incertidumbre, angustia y publicaciones diarias solicitando ayuda, el cuerpo del anciano fue encontrado el viernes 5 de diciembre, “en muy malas condiciones”.
“Hoy es un día muy triste para mí porque no pude despedirme de mi cascarrabias ni acariciar sus canas”, escribió en un mensaje lleno de pesar. A pesar de su dolor, encontró algo de consuelo en haber hecho todo lo posible por cuidar de él durante sus últimos años y en no haberse rendido cuando él desapareció. “Dios te tenga en la gloria, padre mío. Descansa en paz, te querré siempre”, añadió.

La hija también expresó su agradecimiento a los habitantes de Manzanillo que se unieron a la búsqueda y dejó un mensaje para quienes cuidan a adultos mayores con deterioro cognitivo: “Les pido que quienes tengan familiares con demencia entiendan que no hay cuidado suficiente porque en el más pequeño descuido puede ocurrir lo peor”.
También insistió en que estas personas requieren apoyo constante y pidió que “por favor, cuiden a su familia y busquen ayuda, que una sola persona no es suficiente, y tengan cuidado con sus tratos y palabras, ya que, aunque estén dementes, pueden tener momentos de lucidez, y nadie sabe lo que piensan”.
Desde el primer momento, la familia utilizó las redes sociales para difundir información sobre su desaparición. Su preocupación era extrema, ya que, además de su demencia senil, el anciano padecía hipertensión e hipoglicemia. Testigos afirmaron que el 27 de noviembre lo vieron en la zona de Guasimal, donde “cogió monte adentro”, y luego fue avistado en otro punto de Manzanillo. Después de eso, no hubo más señales.



