«RecuerdaMiNombre»: inician campaña para dar a conocer casos de personas desaparecidas en Cuba.

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Foto: RRSS

Texto: Fede Gayardo

La campaña “NoMeOlvides” ha surgido para recordar que en Cuba hay personas desaparecidas cuyos nombres apenas aparecen en los registros oficiales y cuyas familias continúan buscando respuestas. Esta iniciativa, impulsada por el Observatorio de Género de Alas Tensas (OGAT) y la plataforma YoSíTeCreo en Cuba, aborda un problema que las organizaciones feministas consideran estructural.

Desde el OGAT, se explica que el objetivo es “visibilizar y concienciar a la ciudadanía sobre las personas desaparecidas en Cuba, especialmente mujeres y niñas”, un fin que trasciende la mera publicación de fichas o fotos.

Yanelys Núñez, coordinadora del observatorio, resume la motivación del proyecto de manera directa, ya que señala que NoMeOlvides nace “ante la desprotección ciudadana y la desesperación de las familias”.

La campaña, que comenzó el 25 de noviembre y se extenderá hasta el 10 de diciembre, ha llenado las redes sociales del observatorio con testimonios de familiares, análisis de expertos y guías sobre cómo proceder ante una desaparición. Además, se prevé una vigilia en Madrid el 8 de diciembre en homenaje a quienes siguen sin ser encontrados.

Uno de los aspectos más delicados de esta acción es la actualización de las alertas vigentes. Según datos del propio OGAT, hay 22 desapariciones activas en Cuba. De estas, 16 corresponden a casos de 2024 y 2025, sin resolución, mientras que otras seis son de años anteriores y se reactivan ahora. Entre los nombres que se mencionan con frecuencia están Esperanza Cabrera Melvin, Amarilis Muñiz Navarrete y Lali Paola Moliner, cuyos familiares aún aguardan algún tipo de respuesta por parte del Estado.

El observatorio aclara que esta lista es solo una muestra parcial. La criminalización de la sociedad civil, la falta de recursos para documentar casos y la ausencia de mecanismos oficiales de búsqueda impiden un registro exhaustivo.

Estos son algunos de los desafíos que el OGAT ha enfrentado desde su fundación en 2019, cuando comenzó como un proyecto de la revista feminista Alas Tensas para documentar la violencia contra mujeres y niñas, incluidos feminicidios, agresiones y desapariciones.

La campaña también cuenta con la participación de YoSíTeCreo en Cuba, una plataforma independiente que apoya a las víctimas de violencia de género y ha reportado denuncias sobre desapariciones y omisiones de las instituciones. 

Ambas organizaciones han unido esfuerzos en torno a “#NoMeOlvides”, un hashtag que invita a la ciudadanía a aportar información y a no permitir que estos casos caigan en el olvido.

Uno de los textos claves de la campaña es el artículo “Personas desaparecidas en el ámbito internacional: evolución y retos del marco jurídico de protección”, escrito por la abogada Maylin Fernández Suris.

Su análisis destaca que la desaparición de personas es uno de los fenómenos más complejos del derecho internacional, ya que involucra simultáneamente normas de derechos humanos, derecho humanitario, derecho penal internacional y legislaciones nacionales. Afecta no solo la certeza sobre el paradero de la víctima, sino también los derechos patrimoniales y familiares de quienes esperan.

Fernández Suris señala que el marco legal cubano aborda el tema en dos niveles. En el ámbito civil-familiar, permite declarar la ausencia después de un año sin noticias y presume la muerte tras tres años, con excepciones en contextos de peligro extremo.

En el ámbito penal, el Código Penal de 2022 introdujo por primera vez el delito de desaparición forzada en su artículo 367, que implica privación de libertad por agentes estatales, abuso de funciones, ocultación del paradero y la intención de dejar a la persona fuera del amparo legal. Las sanciones varían entre cuatro y diez años, ampliables en casos agravados.

Sin embargo, según la jurista, este avance resulta más formal que efectivo. Basándose en fuentes del sistema judicial, advierte que “no se ha documentado la apertura de procesos penales por el delito de desaparición forzada” desde que la ley entró en vigor, a pesar de las denuncias que sugieren participación policial o irregularidades en las detenciones.

Así, “#NoMeOlvides” no solo exige visibilidad, sino que también pone de manifiesto un vacío institucional y una deuda con las familias que, día tras día, siguen esperando respuestas que no llegan.

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