Foto: RRSS
Un video que ha circulado en las redes sociales ha suscitado controversia en Cuba al denunciar que un veterano de guerra fue enterrado sin los honores oficiales ni el respaldo institucional en el municipio de Contramaestre, en la provincia de Santiago de Cuba.
La grabación, compartida el 2 de diciembre de 2025 por el periodista Mario J. Pentón en la red social X, muestra a un hombre claramente indignado por las condiciones del sepelio. En sus declaraciones, el fallecido era un “combatiente de la revolución” y no recibió medallas, bandera ni los símbolos que suelen estar presentes en funerales de esta índole.
Según la denuncia, el entierro también enfrentó retrasos debido a la falta de espacio en el cementerio local, un problema que no es aislado y que ha sido reportado en otras regiones del país en los meses recientes.
La publicación generó numerosas reacciones en redes sociales, donde los usuarios expresaron su indignación ante el aparente abandono institucional. Algunos comentarios dirigieron su crítica al gobierno, acusándolo de falta de consideración hacia aquellos que un día defendieron el sistema. “Al pueblo el pueblo no le interesa para nada”, escribió un internauta.
En Facebook, donde el video también fue compartido, los comentarios reflejaron la misma opinión. Varios usuarios manifestaron su pesar por la falta de respeto incluso hacia los antiguos combatientes, mientras que otros destacaron el aspecto humano del reclamo. “No se trata de medallas, sino de dignidad y respeto para cualquier cubano”, comentó una usuaria.
Este incidente no es un caso aislado. En las últimas semanas, han proliferado las denuncias sobre deficiencias en el sistema funerario cubano, abarcando desde la escasez de ataúdes hasta los retrasos en los entierros, agravados por el deterioro de los cementerios y la falta de recursos básicos.
El contexto general está marcado por una severa crisis económica que ha impactado todos los servicios públicos, incluyendo el sector funerario. Esta situación ha generado críticas cada vez más intensas por parte de la población, que observa con preocupación el deterioro de aspectos tan sensibles de la vida cotidiana.
