Foto: Archivo CN360
Ocho personas detenidas, una red delictiva con base en Guantánamo y ramificaciones interprovinciales, casi 6 millones de pesos cubanos y mil dólares confiscados. Este es el resultado del operativo llevado a cabo recientemente por las fuerzas del Ministerio del Interior, que logró desmantelar una estructura dedicada a estafas vinculadas con la compraventa informal de divisas en redes sociales.
La información, divulgada por el perfil oficialista Guantánamo y su Verdad, confirma que la red operaba desde julio y estaba compuesta por cinco hombres y tres mujeres, la mayoría provenientes de provincias como La Habana, Villa Clara y Las Tunas. La presencia de integrantes de otras regiones sugiere una operación planificada y en movimiento, con un alcance nacional.
El líder, residente en Guantánamo, se encargaba de la logística local: hospedajes, contactos y viviendas para los encuentros. Durante los allanamientos, la policía confiscó más de 100 mil CUP, teléfonos móviles y varias líneas telefónicas utilizadas para llevar a cabo los fraudes a través de plataformas como Facebook y WhatsApp.
Sin embargo, lo más revelador del caso es el método. La red aplicaba un “algoritmo de estafa” con gran precisión: identificaban publicaciones en grupos de compraventa donde los usuarios ofrecían comprar o vender dólares; se hacían pasar por médicos, religiosos o ancianos; usaban “líneas fantasmas” para eludir rastreos y organizaban encuentros en viviendas previamente acondicionadas.
Las casas elegidas como escenario del delito, ubicadas en lugares como Aguilera entre 1 y 2 Oeste, Varona y 8 Oeste, Beneficencia y Jesús del Sol, así como el barrio El Bayamo, estaban preparadas para facilitar tanto el engaño como la huida. Una salida trasera y una motorina lista eran suficientes para desaparecer en cuestión de segundos tras realizar la estafa.
La eficacia del esquema se sustentaba en la confianza que generaban las fachadas, la velocidad operativa y la escasa denuncia. De hecho, se presume que el monto defraudado podría ser aún mayor, puesto que muchas víctimas no reportan los incidentes por miedo o vergüenza.
Este caso destaca cómo la crisis económica y la expansión del mercado informal han dado lugar a nuevos tipos de delitos financieros en Cuba, donde la compraventa de divisas se lleva a cabo al margen de las instituciones oficiales y con escasa protección para los ciudadanos.
Las autoridades han reiterado un llamado urgente: si alguien ha sido víctima de un fraude similar, debe acudir de inmediato a presentar una denuncia.


