Banco Central lanza nuevo billete conmemorativo de mil pesos y provoca controversia entre los cubanos.

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Foto: Archivo CN360

A través de una publicación en redes sociales, el Banco Central de Cuba (BCC) anunció la entrada en circulación de una edición especial del billete de mil pesos cubanos. Esta nueva emisión mantiene el color, las dimensiones y las medidas de seguridad del billete regular, pero añade elementos visuales relacionados con la efeméride: un número de folio conmemorativo, el sello «65 Aniversario» y, en el reverso, se ha sustituido la imagen de la Universidad de La Habana por el Complejo Escultórico del Che Guevara en Santa Clara.

El mensaje institucional buscaba subrayar un evento histórico: la nacionalización bancaria de 1960. No obstante, la reacción del público ha sido en su mayoría crítica. En la página oficial del BCC en Facebook, cientos de comentarios expresan ironía y descontento, ya que muchos consideran que se trata de una celebración vacía en medio de una persistente crisis financiera.

“Imprimir más papel no mejora la economía, solo la hunde más”, comentó un usuario, reflejando un sentimiento general. Muchos señalaron que esta iniciativa llega en un momento en que el poder adquisitivo del peso se ha desplomado, y un billete de 1,000 CUP apenas es suficiente para adquirir algunos alimentos básicos en el mercado informal. Expresiones como “más papel sanitario en circulación” o “una conmemoración sin pan” se repitieron con un tono sarcástico o resignado.

Desde un enfoque técnico, economistas advierten sobre los peligros de aumentar la masa monetaria sin respaldo productivo. Aunque la emisión conmemorativa es simbólica y no altera la estructura de denominaciones actual, ha reencendido el debate sobre la necesidad de implementar medidas estructurales que contengan la inflación y estabilicen el sistema financiero. “El problema no es el diseño del billete, es la falta de valor real de la moneda”, manifestó el economista cubano Pedro Monreal en su cuenta de X.

El propio diseño del billete también fue objeto de controversia. La sustitución de la Universidad de La Habana por la imagen del Che Guevara fue percibida por algunos como un gesto político, más que como una medida económica o institucional. Para otros, se trata de una maniobra estética para “vender épica” en medio del desgaste institucional. “Nos cambian los símbolos, pero no nos resuelven los problemas”, comentó un usuario.

Varios ciudadanos aprovecharon la ocasión para solicitar billetes de mayor denominación, dada la inflación acumulada que complicaba cada transacción cotidiana. Con el dólar y el euro superando los 400 CUP en el mercado informal, muchos se preguntan por qué no se emiten billetes de 2,000 o 5,000 pesos. “Es absurdo pagar una compra con una bolsa llena de papel”, expresaron.

A pesar de que el BCC afirmó que el nuevo billete tiene la misma validez y circulación que el tradicional, el anuncio parece haber generado más dudas que respuestas. La brecha entre los discursos institucionales y la realidad económica que enfrentan los ciudadanos se refleja en la recepción del comunicado: no como un gesto de celebración, sino como un síntoma más del deterioro monetario.

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