Foto: RRSS
Un babuino sagrado que logró escapar en la madrugada de este jueves del Zoológico de Sancti Spíritus provocó un operativo inusual en la ciudad, que incluyó a tropas especiales, agentes del MININT y personal veterinario, en una búsqueda que se extendió por más de cuatro horas y mantuvo alerta a las autoridades del área.
El animal, conocido como Víctor, aprovechó la vulnerabilidad del candado de su jaula para abrirlo y salir hacia el barrio La Ford, colindante con el zoológico. Según la dirección de la institución, el primate ya había manipulado el mecanismo en ocasiones anteriores, pero esta vez logró evadir los controles de seguridad.
Una vez detectada la fuga, las autoridades desplegaron un amplio dispositivo para prevenir cualquier incidente, dado que se trata de una especie considerada potencialmente peligrosa. Víctor fue localizado en la tapia exterior de una vivienda, observando el entorno con aparente calma, aunque manteniendo distancia del personal que intentaba acercarse.
Los veterinarios realizaron varios disparos con dardos anestesiantes; los tres primeros fueron fallidos, y el cuarto logró sedarlo solo de manera parcial. Fue en ese momento cuando intervino Adalberto Piloto Cepero, técnico veterinario que ha cuidado al animal durante años. Con su presencia y voz logró tranquilizarlo lo suficiente para que el equipo pudiera asegurar al babuino sin riesgo para él ni para los habitantes de la zona.
Tras su captura, Víctor fue trasladado nuevamente a su recinto, donde permanece bajo observación. La directora del zoológico, Tahimí Meneses Venegas, informó que se reforzarán las medidas de seguridad en todas las áreas, incluidos los sistemas de cierre y protección de las jaulas, para evitar incidentes similares en el futuro.
A pie de calle, el episodio generó más comentarios que sustos. Varios vecinos señalaron que escucharon el movimiento de vehículos oficiales en plena madrugada y se enteraron del motivo horas después, cuando el barrio ya había recuperado la tranquilidad.
Para muchos, el escape de Víctor fue un “golpe de suerte” del animal y no un descuido deliberado, aunque sí hacen hincapié en que el candado que cerraba su habitáculo debió ser reemplazado hace tiempo.



