Foto: Fátima Bosch | Facebook
Texto: Fede Gayardo
La mexicana Fátima Bosch ha irrumpido con gran fuerza en el ámbito internacional al ser coronada como Miss Universo 2025 en el Impact Arena de Pak Kret, Tailandia, superando a más de 100 candidatas.
A sus 25 años, la joven ha alcanzado la cima con una trayectoria sólida, convirtiéndose en la cuarta mexicana en obtener este título, siguiendo los pasos de Lupita Jones, Ximena Navarrete y Andrea Meza.
Desde su infancia, Fátima estuvo familiarizada con los escenarios y competiciones; fue Flor Tabasco en 2018 y creció en una familia con una notable presencia pública. Durante las eliminatorias en Bangkok, su firme reacción ante los insultos de un organizador se volvió viral, sumando apoyo tanto dentro como fuera de México, lo que alimentó la narrativa de una candidata resiliente y con carácter.
Su vida académica y profesional avanzó paralelamente, destacándose como diseñadora, modelo y estudiante. Formó parte del colegio Arjí en Villahermosa, ganó La Flor de Oro en 2018 y completó estudios de diseño y comunicación en instituciones de México, Estados Unidos e Italia.
Fátima también desarrolló una base sólida en comunicación, proyección pública y sostenibilidad. Participó en debates, creó su propia marca ecológica, FABOFE, y se preparó con especialistas en pasarela, medios y entrenamiento físico, lo que la posicionó como una de las favoritas desde las preliminares.
El 13 de septiembre de 2025 ganó Miss Universe México en Zapopan, asegurando su participación en el certamen internacional. En Tailandia, avanzó con determinación, entrando al Top 30, luego al Top 12 y finalmente al Top 5, dejando una impresión memorable en los desfiles, especialmente con un traje rojo acentuado por una capa dramática que cautivó al público.
Como Miss Universo, Bosch se mudará a Nueva York, donde tendrá cubiertos vuelos, residencia, equipo de imagen, salud y logística, además de una agenda internacional enfocada en representar causas sociales, promocionar el certamen y elevar la presencia de México en eventos globales.
Su triunfo consolida a México como una potencia dentro del certamen, reafirmando la fuerza latinoamericana en escenarios donde el talento pesa más que el brillo superficial. En su pueblo y en todo el país, la victoria desató una explosión de orgullo colectivo; políticos, ciudadanos y seguidores celebraron en redes y espacios públicos, convencidos de que su desempeño marca un cambio significativo para el concurso.
Con esta victoria, México no solo regresa a lo más alto del Miss Universo, sino que apuesta por una representante capaz de inspirar, educar y transformar desde la visibilidad global. La nación está segura de que Fátima Bosch inaugura una nueva etapa llena de fuerza y propósito.
