Banco Central de Cuba asegura un sistema de cambio de divisas «organizado y claro»

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Foto: Cuba Noticias 360

El Banco Central de Cuba (BCC) anunció este viernes su esfuerzo por establecer un mercado cambiario “ordenado y transparente”, en medio de la creciente preocupación por la fuerte devaluación del peso cubano y la campaña oficial contra el medio independiente El Toque, al que el gobierno culpa de influir en el valor del dólar en el mercado informal.

En un comunicado, el BCC señaló que está trabajando para consolidar un tipo de cambio oficial que “refleje de manera gradual la situación actual de la economía” y facilite la compra y venta de divisas en el sistema estatal. Esta declaración se suma a una serie de mensajes oficiales que enfatizan la necesidad de controlar y reorganizar el mercado cambiario, que actualmente está casi completamente dominado por transacciones informales.

El anuncio llega en un momento en el que el gobierno cubano mantiene la promesa, aún no cumplida, de implementar un régimen cambiario más flexible que esté alineado con el valor real del mercado. Según documentos previos del Ministerio de Finanzas y Precios, el proceso de regulación cambiaria incluirá varias fases: en primer lugar, permitir la compra estatal de divisas a tasas superiores a la oficial tradicional; a continuación, autorizar la venta de divisas al público; y, por último, establecer un tipo de cambio más representativo.

No obstante, hasta ahora no hay un cronograma claro para esa transición, y las autoridades han admitido recientemente que la creación de una tasa flotante oficial no estará lista para el resto de 2025. La diferencia entre la tasa oficial y la tasa informal sigue siendo considerable, lo que indica que el mercado estatal aún no es capaz de satisfacer la demanda ni competir con los precios del mercado paralelo.

Las dudas que persisten

El compromiso del BCC se orienta en una dirección que muchos economistas consideran esencial: unificar y transparentar el tipo de cambio para mitigar la distorsión que actualmente afecta a la economía cubana. Sin embargo, la viabilidad de este mercado está condicionada por cuestiones que el país aún no ha solucionado: la disponibilidad de divisas, la credibilidad institucional y la capacidad del Estado para gestionar un sistema cambiario basado en la oferta y la demanda reales.

Uno de los problemas que persiste es la falta de liquidez. En este momento, el Estado necesita contar con suficientes divisas para comprar al público y luego vender, lo que resulta complicado en medio de la grave escasez de moneda fuerte.

Además, existe una falta de confianza en las instituciones estatales; sin una tasa oficial creíble y acorde a la realidad del mercado, la población continuará acudiendo al mercado informal.

Asimismo, para crear un mercado formal competitivo es necesario abordar problemas estructurales como la baja producción, el déficit fiscal y la inflación. En términos de transparencia real, es fundamental que las autoridades aclaren qué mecanismos asegurarán que la tasa oficial refleje las condiciones del mercado y no se convierta en una cifra administrativa más.

Una promesa necesaria, pero difícil de cumplir

El compromiso del BCC refleja una dirección que muchos economistas consideran crucial: unificar y transparentar el tipo de cambio para disminuir la distorsión que impera en la economía cubana. Sin embargo, la viabilidad de ese mercado depende de resolver condiciones que el país aún enfrenta: la disponibilidad de divisas, la credibilidad institucional y la capacidad del Estado para gestionar un sistema cambiario que responda a la oferta y demanda reales.

Por ahora, la promesa de un mercado “ordenado y transparente” continúa siendo más un ideal que una realidad.

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