Foto: Brita García / Facebook
Las principales instalaciones deportivas de Santiago de Cuba han sufrido daños severos tras el paso del huracán Melissa, que golpeó el oriente del país el pasado 29 de octubre con vientos que superaron los 150 kilómetros por hora, provocando devastación en áreas urbanas y costeras.
Imágenes compartidas por la periodista Brita García en sus redes sociales evidencian el impacto del desastre en varios de los recintos más representativos de la provincia, como la Sala Polivalente Alejandro Urgellés, el estadio Guillermón Moncada y la cancha Antonio Maceo, todos con daños estructurales significativos y claras señales de deterioro.
En la Sala Polivalente, situada cerca de la Plaza de la Revolución, una parte del techo fue totalmente arrancada por la fuerza de los vientos que asolaron la ciudad durante horas, dejando expuesto el tabloncillo, que ahora se encuentra empapado y cubierto de trozos metálicos desprendidos de la estructura.
Las fotografías también indican que la entrada principal del recinto fue cubierta de escombros y que el sistema eléctrico interno colapsó, con cables sueltos y luminarias destruidas, lo que imposibilita su uso inmediato para actividades deportivas o culturales.
El estadio Antonio Maceo sufrió daños evidentes en una de sus torres de iluminación y en los banquillos de los equipos, que están ubicados junto a la cancha sintética, donde el césped artificial muestra áreas levantadas debido al arrastre del agua y los vientos.
Por otro lado, el histórico estadio Guillermón Moncada presentó daños visibles en techos, ventanales y gradas, con zonas del graderío parcialmente colapsadas y paneles metálicos arrancados por la tormenta, un golpe más para una instalación que ya padecía carencias estructurales y falta de mantenimiento prolongado.
Aunque la periodista García describió los daños como “parciales”, las imágenes muestran un panorama desolador que anticipa una recuperación lenta y costosa, en un contexto económico complicado que limita la disponibilidad de recursos para reparaciones urgentes.
Las autoridades locales aún no han ofrecido un balance oficial de los daños ni un cronograma de rehabilitación, pero fuentes cercanas al Instituto Nacional de Deportes reconocen que será necesario un esfuerzo prolongado para restaurar la funcionalidad de los recintos.
El huracán Melissa, que impactó con fuerza el litoral oriental cubano, dejó tras de sí una estela de destrucción en viviendas, infraestructuras y espacios públicos, y las instalaciones deportivas de Santiago de Cuba no se salvaron de su furia, convirtiéndose hoy en un símbolo visible de la magnitud del desastre.

                                    

