Texto: Hugo León
Foto: Archivo CN360
El pasado 30 de mayo, la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (ETECSA), la única autorizada en el país, sorprendió a sus clientes de servicio prepago con un aumento de tarifas sin precedentes.
Desde ese momento, y sin aviso previo, los cubanos solo podían realizar recargas a su saldo principal hasta alcanzar un total de 360 CUP en un período de 30 días.
Si esta cantidad resultaba insuficiente, podrían optar por ofertas denominadas “Extras”, a precios exorbitantes, o hacer uso de ofertas en USD, disponibles a través de operadores internacionales.
A pesar del fuerte rechazo social hacia el aumento de tarifas de ETECSA, la entidad, respaldada por el Gobierno, decidió mantener las nuevas tarifas argumentando problemas financieros, tecnológicos y operacionales que impedían mantener y mejorar la calidad de sus servicios.
Tania Velázquez, presidenta de ETECSA, afirmó en su momento que la infraestructura de telecomunicaciones en el país había crecido significativamente y que necesitaba mantenimiento, reparaciones, renovaciones y constantes inversiones que dependían de tecnologías importadas.
Explicó que esto no había sido factible en los últimos años debido a limitaciones de financiamiento, lo que estaba provocando fallos que podrían generalizarse.
“Esto podría llevar a afectaciones parciales muy graves, e incluso generales, que impidan sostener y, sobre todo, garantizar, el sistema de telecomunicaciones en nuestro país”, dijo.
Además, advirtió que tales fallos podrían ocasionar la imposibilidad de realizar llamadas telefónicas o enviar mensajes. Informó también que el 50 por ciento de las radiobases instaladas no contaban con respaldo energético, por lo que no soportaban apagones prolongados y continuos. Asimismo, más de 100 radiobases estaban completamente apagadas debido a roturas.
Según la presidenta de ETECSA, el país requería unos 2 mil 800 bancos de baterías para reemplazar los deteriorados, y cada uno tenía un costo de mil 500 dólares. Velázquez agregó que otro problema significativo era la imposibilidad de vender nuevas líneas telefónicas debido a la escasez de tarjetas SIM.
“Solo tenemos una pequeña reserva de tarjetas SIM para atender a las personas que no tienen ninguna, y a veces ni siquiera podemos restituirlas a quienes han perdido su teléfono o este se ha deteriorado por la falta de este importante recurso.”
Entonces, 5 meses después, ¿adónde han ido los millones recaudados?
Apenas 46 días después del cuestionado tarifazo, Manuel Marrero Cruz, Primer Ministro de la República de Cuba, informó en la Asamblea Nacional del Poder Popular que ETECSA había logrado recaudar casi 25 millones de dólares gracias a las nuevas medidas comerciales.
Este monto, destacó, representaba que los ingresos diarios en divisas de la entidad habían aumentado 50 veces.
Con tales buenas noticias, al menos para ETECSA, los cubanos esperaban que esta recaudación se tradujera en una mejora de los servicios de telecomunicaciones; sin embargo, 5 meses y muchos millones después, la situación sigue igual o peor.
En redes sociales, es común encontrar quejas de usuarios sobre la sospechosa rapidez con que se agota ahora el saldo y los megas.
«No hay mejora, solo han mantenido al pueblo incomunicado y con escasa Internet, como deseaban», afirmó un internauta identificado como Ángel Osmel Tapanes Martínez.
Los ciudadanos de la Isla se quejan de la mala calidad de la conexión a Internet y sospechan que con ETECSA ocurre lo mismo que cuando el gobierno anunció la venta de productos en dólares para abastecer las tiendas en moneda nacional, algo que nunca sucedió.
Si, según la presidenta de ETECSA, el país necesitaba unos 2 mil 800 bancos de baterías para cubrir los deteriorados, y cada uno valía mil 500 dólares, con 4 millones 200 mil dólares ya habría podido solucionar este problema si realmente hubiera habido intención de reinvertir el dinero recaudado.
No obstante, los extensos apagones continúan en toda la Isla, y los ciudadanos se encuentran incomunicados debido a que las radiobases carecen de respaldo.
No solo ETECSA obliga a los cubanos a depender de recargas internacionales, sino que también aumentó el monto mínimo de 500 a 600 pesos, lo que significa que deben enviarse más dólares al exterior para realizar la operación.
Las quejas provienen de todas las provincias del país, incluso de la capital, que siempre ha sido priorizada y protegida.
A cinco meses de la medida, la empresa sigue sin tarjetas SIM para reponer a los usuarios y la red presenta una gran inestabilidad para realizar llamadas o enviar mensajes.
Una vez más, parece que se engañó a los cubanos sobre la verdadera intención de la medida y los fondos, al igual que los recaudados por las tiendas en divisa, parecen estar destinados a otros fines menos claros.
El resultado: un pueblo con crecientes carencias, mayor desconfianza en la gestión de su gobierno y menor acceso a Internet.

 
                                    
