Foto: Cadena de Tiendas CARIBE / Facebook
La Cadena de Tiendas CARIBE ha comunicado que la extracción del cemento vietnamita TBV avanza de manera positiva, sin embargo, este producto solo está disponible en su red de ferreterías, donde los pagos deben realizarse en divisas, lo que excluye a amplios sectores de la población que dependen de salarios en pesos cubanos.
Según la empresa en una publicación en sus perfiles oficiales, gracias a la labor de su estructura logística, se garantiza una distribución eficiente hacia los puntos de venta en La Habana y provincias cercanas, y se espera que poco a poco el cemento llegue al resto del país. Sin embargo, la información sobre cantidades y disponibilidad concreta es limitada y no hay garantías para quienes no pueden pagar en dólares.
El cemento TBV es un producto de alta resistencia tipo PCB 40, fabricado con tecnología japonesa y conforme a la Norma Vietnamita 6260-2020. Se comercializa en sacos de 50 kilogramos a precios que solo pueden pagarse en moneda dura, excluyendo así a trabajadores, pequeños constructores y familias que buscan materiales para la vivienda y que dependen de ingresos en dinero cubano.
Este anuncio ha generado reacciones críticas en redes sociales, donde los usuarios han expresado su interés por el producto y su frustración ante la imposibilidad de adquirirlo sin divisas. Lenier Caro denunció que “la urbanización está paralizada y solo importa la moneda dura”, subrayando el impacto directo en la construcción particular y la detención de proyectos de vivienda.
Alex Diego Pavon, un trabajador del puerto de La Habana, criticó la enorme brecha entre salarios y precios, afirmando que por descargar un buque recibe 500 pesos MN, mientras que un saco en las mipymes puede costar más de 8,500, evidenciando la desigualdad estructural y la incapacidad de cubrir necesidades básicas, incluso con esfuerzo laboral.
Otros comentarios, como los de Felix Pastoriza y Julio Marco Sánchez, ironizaron sobre la dependencia de divisas y lamentaron la desaparición del cemento de producción nacional. Resaltaron que la importación del TBV refleja la incapacidad del país para satisfacer la demanda interna a través de la producción local y en moneda nacional.
El cemento TBV, aunque de alta calidad, se convierte en un símbolo de desigualdad y de la creciente dolarización parcial de la economía cubana, donde la planificación del abastecimiento prioriza la moneda fuerte sobre las necesidades reales de la población, manteniendo paralizados los esfuerzos de urbanización y los proyectos de construcción que dependen de insumos básicos.