Texto: Hugo León
Foto: Cuba Noticias 360
Las autoridades de la ciudad de La Habana han instado a los ciudadanos a no arrojar basura en las calles, resaltando que “el duende de la limpieza no existe”, en medio de una crisis prolongada en el servicio de recolección de desechos.
Este mensaje fue publicado en la página de Facebook del Consejo de la Administración del municipio Plaza de la Revolución, donde se afirma: “Si tu estrategia para deshacerte de la basura es tirarla a la calle esperando que el ‘duende de la limpieza’ la haga desaparecer… tenemos malas noticias: el duende no existe”.
Además, el texto indica que “hay personas que trabajan para recogerla, pero su esfuerzo se duplica cuando no cooperamos. La basura en la calle es responsabilidad de todos, pero la solución empieza por uno”.
La publicación generó numerosos comentarios entre los habaneros, quienes criticaron que el gobierno intente culpar a la población por un problema que, afirman, se debe a la falta de recolección sistemática de desechos. “Aquí en la Calle 9 entre F y G el basurero es enorme… hace mucho que no recogen nada”, escribió un usuario. Otro comentó irónicamente: “¿Y cuándo pasará el duende a recoger?”.
Este mensaje surge poco después de que el gobierno convocara a una jornada de higienización en La Habana, tras semanas de denuncias en redes sociales sobre la acumulación de basura, vertederos improvisados y protestas vecinales por la ineficiencia del servicio.
Durante el fin de semana, el gobernante Miguel Díaz-Canel compartió un video en el que aparece barriendo hojas en los jardines del Palacio de la Revolución, acompañado por ministros y funcionarios. En su mensaje, afirmó que “hay gente que cree que otros deben resolver el problema”, refiriéndose a la falta de participación ciudadana en la campaña de limpieza.
La capital enfrenta actualmente un colapso en los servicios comunales, exacerbado por la escasez de camiones, combustible y personal, así como por la falta de una gestión eficaz. En los últimos meses, el gobierno ha intentado involucrar a empresas estatales y actores privados en las labores de recolección de basura, aunque sin resultados visibles.