Foto: Archivo CN360
El destacado exjugador y entrenador Miguel Calderón Gómez, una de las personalidades más relevantes del baloncesto cubano, falleció este viernes en La Habana a los 74 años, tras varios meses enfrentando un delicado estado de salud.
“Tristeza en la familia del deporte cubano. Jugador y director emblemático, que generó merecido reconocimiento. Nuestro abrazo a familiares y amigos”, escribió en la red social X el presidente del Inder, Osvaldo Vento.
Nacido el 30 de octubre de 1950 en la capital cubana, Calderón formó parte del histórico equipo que logró la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Múnich 1972, una de las hazañas más destacadas del deporte en la isla, según un reporte de la Agencia Prensa Latina.
También fue integrante de la selección que alcanzó el cuarto puesto en el Campeonato Mundial de Puerto Rico 1974, resultados que solidificaron al baloncesto cubano en la élite internacional.
Después de su retiro como jugador, dirigió la selección nacional masculina entre 1992 y 1999, así como equipos juveniles, formando a diversas generaciones de atletas. En su paso por el club Capitalinos, cosechó múltiples títulos en la Liga Superior de Baloncesto (LSB) y triunfó en torneos regionales como el Centrobásquet.
Su disciplina, conocimiento táctico y carácter firme lo convirtieron en un referente respetado por figuras como Andrés Guibert, Richard Matienzo y los hermanos Roberto Carlos y Ruperto Herrera Jr.
No obstante, los últimos años de Calderón estuvieron marcados por problemas de salud. A inicios de este año, circularon imágenes que evidenciaron su deteriorado estado durante su hospitalización en el Hospital Comandante Manuel Fajardo de La Habana.
“Está ciego. No ve. Y se le ve mal. La otrora estrella del baloncesto vegeta ahora en un hospital capitalino, abandonado por todo y por todos”, denunció en su momento un medio digital.
Esta situación causó consternación entre exjugadores, técnicos y árbitros. “Es triste verlo en tales condiciones”, lamentó el exbaloncestista Rainel Panfet, quien jugó bajo su mando en Capitalinos. Por su parte, el árbitro retirado Emilio Maceira expresó: “Cuánta tristeza me ha dado ver así a ese grande del baloncesto cubano. Ojalá pueda salir adelante y lo tengamos con nosotros por un buen tiempo”.
El desenlace llegó este viernes, poniendo fin a la vida de un hombre que dejó una huella indeleble en la historia del baloncesto cubano, tanto dentro como fuera de la cancha, aunque su ocaso fue tan doloroso como inesperado para quienes lo admiraron en sus años de gloria.