Foto: Archivo CN360
El gobierno de Estados Unidos ha iniciado la denegación o revocación de visas a individuos que, según sus evaluaciones, apoyaron o celebraron públicamente el asesinato del activista conservador Charlie Kirk, ocurrido en Utah. Así lo confirmó el secretario de Estado, Marco Rubio, en declaraciones realizadas este martes 16 de septiembre.
Rubio aseguró que esta política se aplicará de forma general en todos los casos similares, independientemente de la nacionalidad de los implicados. Aunque no proporcionó cifras específicas, afirmó que ya se han tomado decisiones concretas en materia migratoria y que se anticipan más en los próximos días. “Estoy convencido de que se revocarán algunas visas”, declaró.
El secretario fue contundente al rechazar cualquier forma de justificación o simpatía hacia el crimen. “No faltan idiotas en el mundo que creen que es una gran idea asesinar a alguien”, expresó. Añadió que no tiene sentido permitir la entrada al país de quienes aprueban actos violentos contra figuras públicas por expresar sus ideas.
El asesinato de Charlie Kirk, de 31 años, ocurrió mientras participaba en una sesión de preguntas y respuestas con estudiantes en la Universidad del Valle, en Utah. Recibió un disparo en el cuello alrededor de las 12:10 p.m. y, a pesar de ser trasladado de inmediato al hospital, falleció poco después.
El presunto autor del crimen es Tyler Ronbinson, quien disparó desde una distancia de aproximadamente 200 metros. Las autoridades informaron que el joven ya había comentado sus intenciones a su compañero de cuarto. Actualmente enfrenta siete cargos, incluido homicidio agravado, y podría afrontar la pena de muerte.
Esta medida ha atraído una fuerte atención en medios internacionales, donde se considera una advertencia directa a quienes incitan al odio o celebran actos violentos en plataformas digitales. El Departamento de Estado no ha revelado si las sanciones afectarán a ciudadanos de países específicos.
El caso de Kirk ha desatado una ola de reacciones tanto dentro como fuera de EE.UU., por la gravedad del hecho y por la respuesta institucional. Mientras continúa el proceso judicial contra Ronbinson, el gobierno estadounidense envía un mensaje claro: el respaldo a la violencia política tendrá consecuencias migratorias.