Noche de intensas precipitaciones, desbordamientos y cortes de electricidad en La Habana.

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Foto: RL Hevia

Texto: Fede Gayardo

Entre la tarde del lunes y la madrugada del martes, la región occidental de Cuba vivió un episodio de intensas precipitaciones y tormentas eléctricas, teniendo un impacto significativo en La Habana, donde se registraron inundaciones repentinas en varias áreas, justo cuando la capital enfrentaba apagones sin precedentes.

Según los informes meteorológicos, las lluvias iniciaron en Pinar del Río y la Isla de la Juventud, extendiéndose posteriormente con mayor fuerza hacia Artemisa, Mayabeque y la capital.

La causa principal de este fenómeno fue una vaguada en el Golfo de México, que provocó “gran inestabilidad atmosférica y altos niveles de humedad relativa en la región”, según explicó en redes sociales el meteorólogo de Artemisa, Raydel Ruisanchez.

El experto indicó que la estación de Mariel llegó a registrar 58,2 milímetros en un solo hora, además de una racha de vientos de 67 km/h. También se reportaron lluvias significativas en Güira de Melena y diversas localidades de La Habana. “Este fenómeno implicaba un alto riesgo de inundaciones repentinas en zonas bajas y con drenaje ineficiente, sobre todo en la capital”, advirtió.

Las advertencias fueron acertadas, y las imágenes y reportes en redes sociales confirmaron calles inundadas en numerosos barrios habaneros, coincidiendo las tormentas con fallas masivas en el sistema eléctrico.

Por su parte, la Empresa Eléctrica de La Habana informó desde la tarde del lunes sobre una grave afectación que impedía cumplir con la programación prevista. El déficit pasó de 200 MW a un pico de 366 MW.

Según la entidad estatal, los cortes de luz comenzaban a recuperarse gradualmente durante la madrugada, dando prioridad a los circuitos que llevaban más tiempo sin servicio. Sin embargo, la situación se complicó. Aparte de los apagones programados, se registraron nuevas interrupciones debido a averías y disparos de circuitos ocasionados por las lluvias.

A las 6:00 a.m. del martes, cuatro de los seis bloques eléctricos de la ciudad seguían sin suministro, tal como reconoció la empresa eléctrica en su canal de Telegram.

Este contexto en La Habana se inscribe en el deterioro general del Sistema Eléctrico Nacional, afectado por averías recurrentes, mantenimientos en unidades obsoletas y escasez de combustible para generación distribuida. La Unión Eléctrica había anticipado para el martes una afectación máxima de 1880 MW, aunque los reportes sugieren que la cifra pudo haber sido aún más alta.

Como resultado, otra noche oscura se vivió en la Isla, una situación que se vio agravada también por las tormentas que azotaron el occidente, dejando a su paso inundaciones, algunos daños materiales y nuevas tensiones para la población.

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