Foto: RL Hevia
La figura del baloncesto cubano en Europa, Jasiel Rivero, lidera la lista de 12 jugadores que a partir de mañana, 8 de agosto, competirá en Valdivia, Chile, en busca de uno de los dos cupos disponibles en el torneo clasificatorio para las eliminatorias continentales de la Copa Mundial FIBA de 2027.
El ala-pívot habanero, de 31 años, recientemente concluyó un exitoso ciclo de dos años en el Maccabi Tel Aviv de Israel y ha sido anunciado como nuevo jugador del Estrella Roja de Belgrado, uno de los clubes más prestigiosos del continente, donde podrá continuar su carrera en la reconocida Euroliga.
Conocido por el apodo de “Papi”, Rivero será nuevamente el capitán de la selección nacional bajo la dirección del entrenador Onel Planas, junto a otros jugadores con amplia experiencia en el equipo, como Reynaldo García, Pedro Bombino y Marcos Chacón.
A pesar de su intensa trayectoria en clubes, Jasiel ha mantenido su compromiso con la camiseta tricolor, participando en todos los torneos internacionales recientes y consolidándose como un referente tanto dentro como fuera de la cancha.
El equipo cubano está compuesto, además de los mencionados, por Aldo Castel, Sigfredo Casero, Michel Espinosa, Ibrahim Echavarría, Kevin Zúñiga, Anthony Rodríguez, Marlon Díaz y Yoel Cubillas. El cuerpo técnico incluye al asistente Reinier Muñiz y al fisioterapeuta Manuel Tabío.
El torneo en Chile contará con la participación de cuatro selecciones: Cuba, el país anfitrión, Ecuador y El Salvador. El equipo cubano debutará enfrentando a los salvadoreños, seguirá con un partido contra los ecuatorianos y cerrará su participación contra los locales, considerados los rivales más difíciles debido a su organización táctica y fortaleza defensiva.
El último encuentro oficial de la selección masculina de baloncesto tuvo lugar en febrero pasado, cuando concluyó su participación en el clasificatorio de la Americup, que se llevará a cabo en Nicaragua del 22 al 31 de agosto próximos. En dicho evento, dividido en tres ventanas de dos partidos, los cubanos lograron vencer, por primera vez en 50 años, a una selección de Estados Unidos.
No obstante, la participación cubana en ese torneo se vio empañada por la imposibilidad de viajar a Puerto Rico para la última ronda, donde se definía el pase, debido a la negativa de las autoridades migratorias estadounidenses al otorgar las visas correspondientes.