Fotos: RL Hevia y ACN
En abril de 2013, una inusual imagen capturó la atención de los medios deportivos de todo el mundo: mostraba a un hombre canoso, sonriente, vestido con un traje oscuro y una camisa clara remangada, trabajando con una pala en un campo.
El protagonista de la escena era nada menos que Josep Blatter, quien entonces ocupaba la presidencia de la FIFA. Ese caballero suizo no tenía idea de que, dos años más tarde, su vida se vería sacudida por un escándalo de corrupción que desmantelaría al poderoso organismo futbolístico y llevaría consigo a varios altos mandos, incluido él.
Sin embargo, esto no es el tema central, ya que antes de que aquel escándalo estallara, Blatter había llegado a La Habana con una agenda laboral extensa y amena, en la que, además de reunirse con Raúl Castro y Díaz-Canel, inauguró simbólicamente la construcción del nuevo estadio de La Polar.
Más de 12 años después de esa visita, la afable imagen del ex presidente de la FIFA se vuelve a evocar, pues finalmente se ha completado la obra que él comenzó en aquella primavera.
La inauguración oficial del nuevo estadio La Polar, cuya cancha sintética ya fue finalizada en 2017, ha sido noticia esta semana en la isla, ya que quedaban pendientes las instalaciones restantes, como camerinos, graderíos y fachada.
En medio de una crisis económica sin precedentes, donde gran parte de las actividades deportivas en el país han sido suspendidas o reducidas considerablemente, sorprende un evento de esta magnitud.
Sin la presencia de Blatter o de cualquier otro funcionario de alto rango de la FIFA, la vicepresidenta primera Inés María Chapman cortó la cinta inaugural junto a otros líderes de la capital, incluido el titular del Inder, Osvaldo Vento, y el presidente de la Asociación de Fútbol de Cuba, Oliet Hernández.
De acuerdo con la publicación JIT, la instalación tuvo un presupuesto de 1.7 millones de dólares, mostrando ahora nuevos camerinos para jugadores y árbitros de alta calidad, con aire acondicionado, duchas y baño confortables.
El informe también indica que se han construido oficinas funcionales del complejo socio-administrativo, un amplio cercado perimetral, parqueo para vehículos y cómodas gradas techadas, entre otros beneficios.
Ahora solo queda por ver cuánto tiempo se mantendrá el estadio en buen estado y cómo se utilizará. Desde hace años, la cancha sintética del complejo ha sido sede del equipo de La Habana en campeonatos nacionales, pero ahora, equipado con todas las condiciones necesarias, podría albergar partidos de la selección.