Foto: Cuba Noticias 360 (Imagen Ilustrativa)
Marlon de Jesús Cruz Espinosa, un niño de Holguín que ha sido víctima de múltiples agresiones, continúa viviendo con sus presuntos agresores: su madre, Mailín Espinosa Gálvez, y su padrastro, Hamilton Martínez. La abuela del menor ha estado luchando durante más de un año para obtener la custodia legal, presentando denuncias documentadas ante la Fiscalía, sin embargo, no ha logrado resultados efectivos. De acuerdo con un informe de Diario de Cuba, este caso ha desatado una ola de indignación en las redes sociales y evidencia un nuevo fracaso del sistema de protección infantil en Cuba.
La activista Azúcar Cuba ha sido la figura más destacada en la denuncia pública de este caso. Con imágenes del menor resguardadas para proteger su identidad, la activista recordó en un video que se volvió viral: “Este niño sí está a tiempo, no como Roberto Carlos”, otro menor que falleció tras la desatención de denuncias. Sus palabras van dirigidas a las autoridades: “Fiscalía, ustedes tienen este caso en las manos”.
Las agresiones han sido severas. En 2023, Marlon recibió un golpe en la sien durante una discusión familiar. El 14 de febrero de este año, fue atacado con un machete y golpeado en la boca, lo que le causó la pérdida de varios dientes. A pesar de la gravedad de los actos, el presunto agresor fue liberado bajo fianza, y la madre aún mantiene la custodia. La abuela, decidida, continúa enfrentándose a un sistema institucional que no actúa con la urgencia requerida.
No se trata de un caso aislado. En los últimos dos años, han sido denunciados públicamente varios episodios de violencia infantil en Cuba, que presentan patrones similares: negligencia institucional, agresores reincidentes y niños que, a pesar de ser víctimas, siguen en los entornos donde sufren maltratos.
El problema también está respaldado por estadísticas. La Encuesta de Indicadores Múltiples por Conglomerados 2019, citada en un informe oficial presentado en La Habana en junio de 2024, reveló que el 41,6% de los menores de entre 1 y 14 años en Cuba han sido sometidos a métodos de disciplina violentos. La Habana, Santiago de Cuba y Granma son las provincias con mayor cantidad de reportes. Estos números reflejan una realidad que las autoridades no pueden seguir ignorando.
A pesar de que el nuevo Código de las Familias prohíbe explícitamente el castigo físico y permite la pérdida de la responsabilidad parental en casos de maltrato, los hechos demuestran que la legislación por sí sola no es suficiente. Existe una desconexión entre lo que se establece en la ley y su aplicación práctica. La falta de acción ante casos como el de Marlon, incluso con pruebas contundentes, cuestiona el verdadero compromiso de las instituciones con la protección de la infancia.