Foto: RRSS
Texto: Fede Gayardo
El actor cubano Luis Alberto García vivió una experiencia que, más que anecdótica, representa las dificultades cotidianas de muchos cubanos. Después de recibir una confirmación a través de la aplicación estatal El Ticket, que le autorizaba 40 litros de gasolina regular, se llevó una “sorpresa” al acudir al servicentro ubicado en 112 y 5ta Avenida, Playa.
En un extenso relato que compartió en su perfil de Facebook, García describió su espera bajo un sol implacable durante más de una hora y media. “Me soné la cola bajo un sol de miedo durante más de hora y media (…) Sudando ebrio de gozo”, comenzó relatando.
Posteriormente, comentó que estuvo “hablando pestes con otros que también expresaban su descontento ‘de la COS@’, sobre el país y sus capataces, la comida virtual, la felicidad audiovisual y periodística, la locura, el desastre, las pestes de la basura, los disfrazados de mendigos, y de las renuncias disfrazadas que solo afectan a una persona y no a sus aplaudidores. Hablamos de la Carta Magna que ellos convierten en magma a su antojo, de dirigentes y diputados cómplices, de los bloques y de los dos bloqueos”.
Su relato prosiguió cuando, tras presentar su carnet de identidad, el QR, los SMS y la licencia de circulación, el personal del punto de venta le comunicó: “Artista… lo lamento, pero no podemos habilitarle el combustible, compañero”.
La razón, según le explicaron, era un ajuste reciente en las normas de registro de El Ticket, donde antes era suficiente con la matrícula, pero ahora debía coincidir con el número de la licencia de circulación. “Son órdenes desde la galaxia”, resolvió un trabajador.
“Entonces, ¿tengo que irme sin echar combustible y esperar a que me vuelva a tocar dentro de dos semanas?”, preguntó García, recibiendo un “sí” como respuesta. La indignación no tardó en manifestarse: “¡Compañero ni pin…!”, exclamó para rematar: “¡Me sentí tan digno, tan respetado y tan querido en este país que amo!”.
Una vez más, el querido actor aprovechó para destacar la injusticia que sufren los ciudadanos comunes, obligados a hacer colas interminables mientras “las lumbreras que atiborran nuestras vidas” disfrutan de otros privilegios.
“A esos que no hacen ni una sola cola porque envían a sus choferes a que se achicharren en ellas o porque manteniendo sus modernos autos en gasolineras muy especiales y ocultas. A los que ordenan no bajar las ventanillas. A los que idean tantas molestias para el vulgo porque ¿para qué hacerlo fácil cuando puede hacerse difícil?”, cuestionó García.
Para finalizar su mensaje en la red social, el artista dejó una despedida contundente: “Les quiero, muchachones barrigones. Lejos de mí. De nosotros”.
Acostumbrados al tono realista y sarcástico de las denuncias de Luis Alberto García sobre la realidad cubana, los internautas han dejado miles de comentarios y reacciones. Todos coinciden con la frustración del actor y validan que acceder a combustible sigue siendo, en La Habana y en el resto de la isla, una odisea en la que la paciencia, la burocracia y el sol son compañeros inseparables.
