¿Cuáles son los avances en Cuba cuatro años después de las protestas masivas del 11 de julio?

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Foto: Cuba Noticias 360

Texto: Hugo León

Hoy se conmemoran 4 años de las protestas del 11 de julio de 2021, un hito en la historia de Cuba, ya que fueron las manifestaciones antigubernamentales más significativas desde 1959, dirigidas exactamente contra el gobierno que se presenta como “con todos y para el bien de todos”.

Las manifestaciones comenzaron en San Antonio de los Baños, Artemisa, y en Palma Soriano, Santiago de Cuba, para luego extenderse por toda la Isla: La Habana, Santa Clara, Ciego de Ávila, Camagüey, Manzanillo, Bayamo, Guantánamo, San José de las Lajas, Holguín y Cárdenas, entre otras localidades.

Cientos de miles de ciudadanos se lanzaron a las calles para manifestar su descontento ante la severa crisis sanitaria derivada de la pandemia de COVID-19, la crónica escasez de alimentos y medicamentos, así como la falta de libertades fundamentales. Más de un millón de cubanos, según estimaciones, protestaron contra la represión, el hambre y el abandono.

La reacción del gobierno fue inmediata y rigorosa: detenciones masivas, represión policial y procesos judiciales poco claros. Hasta la fecha, medios independientes afirman que al menos 750 personas siguen encarceladas por haber participado en las protestas.

Un país a oscuras y sin opciones

Los apagones que superan las 18 horas diarias en varias regiones del país han sumido a la población en una desesperante oscuridad. El sistema eléctrico nacional está colapsado y las fallas estructurales no han sido solucionadas. A esto se añaden los problemas en el suministro de gas licuado, lo que convierte la preparación de alimentos en un verdadero desafío diario.

Según el Food Monitor Program, el 96 % de los hogares cubanos ha visto reducido su acceso a alimentos desde 2021, mientras que el 62% ha tenido que cambiar rutinas laborales, escolares o dejar de comer por falta de recursos. El 81% de los encuestados se preocupa a diario por si tendrá suficiente comida, y el 90% culpa a la mala gestión estatal, el acaparamiento y la corrupción.

El mayor éxodo en la historia reciente

Cuba atraviesa el mayor éxodo migratorio de su historia. Desde 2021, más de 700,000 cubanos han dejado el país, la mayoría con destino a Estados Unidos. Solo en 2022, más de 220,000 fueron interceptados en la frontera sur. Esta huida masiva no solo refleja la desesperanza, sino que ha fragmentado familias completas y vaciado comunidades enteras.

Represión, vigilancia y miedo

Lejos de fomentar el diálogo, el gobierno ha incrementado el control social. Organizaciones internacionales como Human Rights Watch y Amnistía Internacional han denunciado un aumento en las detenciones arbitrarias, la criminalización del disenso y el uso sistemático de figuras penales como “sedición” para castigar a quienes alzan la voz. Incluso menores de edad han enfrentado condenas severas.

La vida cotidiana, cada vez más difícil

La movilidad interna se ha deteriorado drásticamente. La escasez de combustible y la falta de piezas han paralizado rutas urbanas e interprovinciales. En muchas localidades, los autobuses apenas funcionan, y los ciudadanos deben recurrir a alternativas como camiones, bicicletas o carretas.

Las rutas estatales interprovinciales prácticamente han desaparecido, y los precios en el mercado informal son inasequibles para el cubano promedio. Incluso los vuelos nacionales han sido cancelados sistemáticamente por falta de mantenimiento en las aeronaves, dejando al país más desconectado que nunca.

Precios por las nubes y salarios congelados

La inflación es otro flagelo. Productos básicos como arroz, frijoles o aceite han duplicado o triplicado su precio desde 2021. Mientras tanto, los salarios estatales siguen siendo insuficientes. La dolarización parcial de la economía y la proliferación de tiendas en MLC inaccesibles para la mayoría han generado una desigualdad que socava la cohesión social.

Muchos trabajadores sobreviven gracias a remesas o ingresos del mercado informal. Comer dignamente o adquirir productos de higiene se ha convertido en un lujo para millones de cubanos.

Sistema de salud en crisis

El sistema de salud pública, que una vez fue un orgullo del gobierno cubano, está hoy en ruinas. Falta insumos, medicamentos y personal calificado, en parte debido a la migración masiva de médicos. Muchos hospitales se encuentran en condiciones precarias, sin recursos ni equipamiento para atender siquiera emergencias básicas.

Los pacientes deben llevar desde jeringas hasta analgésicos si desean ser atendidos. Las farmacias están desabastecidas y los diagnósticos se demoran por la falta de tecnología. Enfermedades tratables se convierten en graves debido a la imposibilidad de recibir atención oportuna. La salud pública, lejos de mejorar, se ha transformado en un símbolo más de la decadencia.

A cuatro años del 11 de julio de 2021, no solo no ha mejorado la situación en Cuba, sino que se ha agravado. Las condiciones de vida son más precarias, la represión se ha intensificado y las esperanzas de cambio se desvanecen entre el apagón constante y la mesa vacía.

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