«Así se encuentra mi comunidad»: Orishas responde al incidente del camión de cerveza en La Habana.

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Foto: Captura de Facebook

Recientemente, en el barrio de Pogolotti, en el municipio habanero de Marianao, se vivió una situación que evidencia la grave crisis económica y social que atraviesa Cuba.

Después del accidente de un camión que perdió parte de su carga de cerveza Cristal en plena calle, decenas de personas, incluidos adultos y niños acompañados de sus padres, se apresuraron a recoger las latas, sin considerar los peligros del tráfico o la seguridad de los menores.

El video, difundido por CubaNet Noticias en su cuenta de Facebook, muestra la rapidez con la que se formó la multitud, reflejando no solo la inventiva de la población, sino también el nivel de precariedad que lleva a muchas personas a actuar de manera desesperada ante la oportunidad de obtener un producto escaso.

Más allá de la anécdota o de aspectos humorísticos que algunos podrían ver, situaciones como esta son una clara señal del deterioro del poder adquisitivo de la población y de la creciente dificultad para acceder incluso a productos no esenciales, como una simple cerveza.

Sobre este tema reflexionó la reconocida agrupación cubana Orishas en los comentarios de la publicación: “Se volcó un camión de cerveza en La Habana y no hizo falta decir más. Cientos salieron corriendo, no por sed, sino por desesperación. Porque en Cuba una cerveza no es solo una bebida, es un lujo”.

El perfil Orishas The Best recordó que en Cuba tomarse una cerveza “es un motivo para invitar a dos amigos, poner música bajita y olvidar por una hora la miseria. Así está mi pueblo: celebrando tragedias ajenas, porque las propias ya no dan para llorarlas. Cuando un accidente se convierte en motivo de fiesta, es porque la dignidad ya no alcanza ni para brindar”, concluyó.

La Cristal, una de las pocas bebidas industriales que aún se pueden encontrar en el mercado nacional, es casi inaccesible para gran parte de la población: su precio en el mercado informal puede superar los 250 pesos cubanos por lata, y en puntos de venta turísticos alcanza cifras por encima de los 3 dólares.

Estos episodios, cada vez más comunes, subrayan la magnitud de la crisis económica y la erosión del tejido social en el país, donde la búsqueda de productos básicos se ha convertido en una lucha cotidiana marcada por la escasez, la desigualdad y la incertidumbre.

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