Foto: RRSS
Texto: Fede Gayardo
El locutor cubano Frank Abel rompió el silencio este lunes en el podcast Destino Tolk para aclarar los rumores sobre su reciente ingreso de urgencia en un hospital de Miami. Durante la emisión, junto a sus compañeros, descartó de manera tajante la versión que circulaba sobre una sobredosis, explicando que su ingreso se debió a un serio desequilibrio por diabetes.
“Hace semanas me siento bajo una presión tremenda”, reveló Frank Abel, y describió cómo sufrió una descompensación al registrar niveles de glucosa que alcanzaron “un rango de 400. Para quienes son diabéticos, deben saber que un rango de 400 requiere atención de terapia intensiva”.
Recordó que, en más de una ocasión, su azúcar superó los 300 miligramos por decilitro, muy lejos del rango de aproximadamente 90 que tendría una persona sin esta condición.
Admitió con humor que su pasión por lo dulce no ayudó: “Soy una persona que come mucho dulce, porque soy fanático”. Sin embargo, fue la combinación de excesos y tensión emocional lo que lo llevó al límite: “Me he levantado de madrugada, cuando todo el mundo está durmiendo, a comerme dos o tres paquetes de galletas, pero eso ya me está trayendo problemas”.
Frank Abel no evadió los factores personales que agravaron su salud, mencionando los problemas legales que enfrenta en Estados Unidos, conflictos familiares y la emotiva conmemoración del Día de los Padres.
“Ese fin de semana fue realmente muy difícil. Era el cumpleaños de mi papá y no había podido arreglar la situación familiar de la mejor manera”, confesó el comunicador.
Respecto a las especulaciones en redes, admitió que no todos los periodistas están preparados para el escrutinio público: “Yo no soy una persona como, por ejemplo, Fernando o como Destino, que ya están muy acostumbrados a este cotilleo… se bañan con vaselina y olvidan. Yo soy una persona muy luchadora… hay cosas que me afectan psicológicamente y no lo voy a negar”.
Durante su intervención, aprovechó para expresar gratitud y afirmó que se siente “muy privilegiado de que personas que no me conocen se tomen un tiempo para escribir algo bonito, una frase de aliento cuando más se trata de salud. Eso es lo más hermoso que puede experimentar alguien que trabaja en los medios”.
Apenas unas semanas antes de la crisis que lo llevó al hospital, Frank Abel había recibido una orden de inmigración con un plazo de 30 días para abandonar Estados Unidos. El artista llegó en 2022 con el formulario I-220A y gestionó su asilo sin abogado. “No tenía dinero para un abogado, tuve que hacerlo solo”, explicó.
En ese momento, advirtió que si regresa a Cuba, “podría enfrentar hasta 16 años de cárcel por desertor. No quiero regresar a Cuba. Prefiero que me envíen a cualquier otro lugar”.