Foto: Jorge Martínez | Instagram
Desde la Plaza Roja de Moscú, el actor cubano Jorge Martínez comparte imágenes de su visita, tras culminar el rodaje de Teófilo, una película que busca no solo reflejar la grandeza del boxeador Teófilo Stevenson, sino también el espíritu de una época. La localización no es casual: fue en esta ciudad donde el ídolo cubano conquistó su tercera medalla olímpica en 1980.
No se trata de un biopic convencional. El director Alejandro Gil ha optado por ofrecer una mirada desde lo íntimo y lo simbólico. El guion entrelaza las trayectorias de varios personajes, en el que el papel del comisionado nacional de boxeo, interpretado por Martínez, actúa como hilo conductor entre el drama personal y el contexto histórico.
«Pensé en Jorge desde el inicio. Tiene la gravedad y la experiencia necesarias para este personaje», explicó Gil. El actor, con una carrera destacada en la televisión y el cine cubanos, asumió el reto con la seriedad de quien sabe que representa una parte vital del patrimonio emocional de su país.
A diferencia de otras producciones que se apoyan en locaciones artificiales, Teófilo eligió regresar al lugar de los hechos. El rodaje en Rusia no solo proporcionó autenticidad, sino también una dimensión emocional insustituible. El equipo de Mosfilm aportó tecnología, rigor y una visión estética que, según Martínez, “se sintió como una verdadera colaboración de culturas”.
El elenco no fue exclusivamente cubano. El actor ruso Aleksey Ryzhkov interpretó al entrenador soviético Andréi Chervonenko, una figura clave en la formación de Stevenson. Este personaje ilustra los vínculos históricos entre Cuba y la antigua URSS, una relación que se fortaleció especialmente a través del deporte durante los años 70 y 80.
En ocasiones, el rodaje se tornó complicado: “Hubo días en los que no sabíamos si podríamos continuar. Pero lo hicimos, por la historia, por el cine, por Teófilo”, expresó Gil a Prensa Latina.
A medida que se acerca el momento de ver la película en la gran pantalla, el director sostiene firmemente una convicción: “El cine es un arte importante. Costoso, sí, pero necesario. No podemos perder estas oportunidades”. Teófilo es la materialización de un anhelo largamente acariciado, una obra nacida del respeto y del amor por la memoria.
