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En medio de la crisis de transporte, con estaciones sin combustible y guaguas cada vez más escasas, una noticia ilumina la rutina: a partir de este lunes 16 de junio, comenzarán a circular en La Habana del Este buses eléctricos privados, una iniciativa de la MIPYME MECANIK11. Esta propuesta, que combina tecnología y eficiencia, apunta directamente a uno de los puntos críticos del caos vial: Alamar.
Dos rutas estarán disponibles en esta zona densamente poblada, donde los residentes han normalizado esperar horas por una guagua. La primera ruta sale de Micro X hacia el Hospital Naval, con parada en la Villa Panamericana. La segunda también parte de Micro X, pero su destino final es la Virgen del Camino. En ambos casos, los recorridos locales dentro de Alamar tendrán un costo de 50 pesos cubanos.
Sin embargo, hay un aspecto que no pasa desapercibido: las tarifas completas. Viajar desde el punto de origen hasta el Hospital Naval costará 150 CUP; si el destino es la Virgen del Camino, la tarifa se eleva a 200 CUP. Aunque el precio puede justificarse por la inversión en tecnología y el ahorro energético, para muchos ciudadanos representa una barrera difícil de superar.
El sistema de pago es otra novedad: completamente digital, mediante códigos QR. Los pasajeros deberán coordinar con el chofer e incluir en la descripción del pago la palabra “BUS” junto al monto. Es una medida moderna, sí, pero en una ciudad donde el acceso a Internet o datos móviles no es universal, puede transformarse en otro obstáculo para el usuario promedio.
Los buses comenzarán a operar a las 6:00 a.m. y funcionarán hasta el anochecer. Este horario extendido se ha diseñado para cubrir franjas horarias donde el transporte estatal es prácticamente inexistente. Y aunque la promesa es clara —aliviar la presión sobre un sistema colapsado—, la pregunta también es válida: ¿cuántos podrán costearlo de manera regular?
La iniciativa se presenta como parte de una estrategia más amplia que incluye el crecimiento de las MIPYMES en el país. Desde sectores oficialistas, se defiende este tipo de modelo como una solución de emergencia, pero también como una apuesta por una movilidad sostenible en el mediano plazo.
A partir del próximo lunes, estos buses empezarán a funcionar. Las expectativas están puestas en estas ruedas eléctricas. Si logran aliviar la angustia de los vecinos de Alamar, será un pequeño respiro en una ciudad donde desplazarse, muchas veces, es una odisea.
