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En medio de una profunda crisis financiera, Cuba podría comenzar a emitir monedas de 10 mil pesos. Esta propuesta, publicada en el periódico estatal Victoria desde la Isla de la Juventud, sugiere la emisión de monedas de alta denominación como una solución práctica para mitigar la preocupante escasez de efectivo que afectan a bancos y cajeros automáticos en el país.
La situación actual es crítica: muchos cubanos enfrentan dificultades para retirar sus salarios o pensiones. En este contexto, la idea de introducir monedas que ocupen menos espacio, sean más duraderas y difíciles de falsificar ha ganado impulso en la opinión pública, aunque no ha sido anunciada de manera oficial por el Banco Central de Cuba.
El artículo menciona que estas nuevas monedas podrían incluso sobrepasar los 10 mil pesos y sugiere que muchas personas estarían dispuestas a canjear grandes sumas que tienen guardadas en casa si existiera una alternativa física más manejable.
A simple vista, la medida parece razonable. Las monedas presentan ventajas técnicas: no se deterioran como los billetes, son más resistentes con el tiempo y disminuyen los costos de reposición. Sin embargo, este enfoque ignora el verdadero problema: la desconfianza en el sistema bancario y la depreciación del peso cubano.
El periódico hace referencia al caso de Venezuela, donde ya circulan monedas de hasta mil bolívares. Sin embargo, las condiciones actuales son mucho más graves y estructurales.
El economista cubano Pavel Vidal advierte que emitir más dinero sin respaldo en divisas resulta una estrategia insostenible. Actualmente, el billete de mayor denominación es de mil pesos, que equivale a apenas tres dólares al tipo de cambio informal, y no hay ninguna expansión productiva que justifique más emisiones monetarias.
Además, se suma el fracaso de la bancarización forzada, donde las transferencias fallan, los comercios rechazan pagos electrónicos o aplican recargos, y las plataformas digitales colapsan con frecuencia. En este contexto, el efectivo sigue siendo esencial, a pesar de que obtenerlo sea casi imposible.