Fotos: RRSS
Texto: Fede Gayardo
Las recientes decisiones de ETECSA que buscan dolarizar parcialmente el acceso a Internet y incrementan de forma drástica los precios de los paquetes han provocado un aluvión de protestas en las redes sociales, en las que también ha proliferado una avalancha de memes.
La indignación de la gente no solo proviene del impacto económico, sino que también se suma a la percepción de que la empresa estatal emplea cada aumento tarifario como una solución temporal ante una crisis persistente. Sin embargo, si hay algo que define al cubano en momentos adversos es su habilidad para reírse, incluso cuando la situación parece crítica.
Cada uno de estos ejemplos encapsula la frustración colectiva, pero también el ingenio que permite a las personas transformar la rabia en risas compartidas. Un elemento recurrente es la personificación de ETECSA como una entidad tacaña o desinformada, aferrada a tarifas que ni en países con un PIB per cápita mucho mayor se atreverían a imponer.
Aunque los memes alivian la tensión, no ocultan la realidad de que la brecha digital y social se amplía. Con los nuevos precios, muchos optan por invertir en megas para priorizar aplicaciones como WhatsApp o Telegram (a pesar de los bloqueos ocasionales) en lugar de navegar libremente en redes sociales o ver streaming.
Por otro lado, el gobierno cubano ha reconocido la presión y, en respuesta a las protestas, ha anunciado una pequeña concesión: ofrecer 6 GB adicionales a estudiantes a un costo subsidado (360 CUP), regresando esa parte de la tarifa al nivel anterior al aumento total.
Lejos de rendirse, los cubanos emplean el humor como herramienta para imaginar un futuro en el que el acceso a Internet deje de ser un privilegio y se convierta en un derecho. El arsenal cómico que han desplegado en las redes no se limita a bromas simples, sino que también tiene el propósito de visibilizar injusticias, unir a la población y presionar, aunque sea a través de risas.
Es evidente que, más allá de los chistes, hay un deseo sincero por una conectividad real, una necesidad de acceso a información y un anhelo de progreso. Las risas son útiles, pero las soluciones surgen de la movilización, la exigencia de transparencia a ETECSA, la demanda de planes más accesibles y la promoción de infraestructuras alternativas (Wi-Fi comunitario, acuerdos con empresas extranjeras, instalación de más estaciones 4G) que beneficien a la mayoría.
Los memes son la chispa que inicia el diálogo. El desafío es transformar esa llama digital en cambios concretos para que, en el futuro, se recuerden estos chistes como el inicio de un Internet verdaderamente accesible en Cuba. Si el servicio sigue costando lo mismo que el caviar, que al menos lo hagamos con una sonrisa y con la esperanza de un cambio positivo en la realidad cubana.
