Foto: Frank Abel | Facebook
Frank Abel González, un reconocido locutor cubano que ha trabajado en la radio y televisión estatal de la Isla, se mostró visiblemente afectado al recibir una orden de deportación emitida por el Servicio de Inmigración de Estados Unidos. Residente en el sur de la Florida desde hace tres años, había solicitado asilo político tras ingresar al país por la frontera sur con un formulario I-220A.
Este emotivo momento fue compartido por González en sus redes sociales, donde se le ve claramente angustiado. En un video difundido por los canales Destinotolk y Fernan_Show, el locutor presenta el documento oficial que ordena su deportación y manifiesta su preocupación acerca de su situación legal.
El formulario I-220A, que han recibido muchos migrantes cubanos al cruzar la frontera desde México, es un permiso de libertad bajo supervisión, pero no implica una entrada legal a Estados Unidos. Esto impide que quienes lo portan puedan acceder a beneficios migratorios como la Ley de Ajuste Cubano, que requiere una admisión formal al país.
En el caso de Frank Abel, su solicitud de asilo presentada en Tampa no ha tenido éxito. Según explicó en sus plataformas digitales, su proceso migratorio está estancado y las autoridades le han indicado que debe abandonar el país, lo que incrementa la incertidumbre sobre su futuro y un posible regreso a Cuba.
Una demanda colectiva en cortes federales busca que se reconozca el I-220A como una admisión legal, lo que permitiría a miles de migrantes cubanos ajustar su estatus. Sin embargo, el litigio continúa sin una solución clara, dejando en un estado incierto a quienes, como Frank Abel, anhelan una respuesta definitiva.
Antes de llegar a Miami, Frank Abel fue una figura prominente en los medios de comunicación estatales cubanos. Condujo programas como El Exitazo, en Radio Taíno, y De tarde en casa, en la Televisión Cubana, junto a la presentadora Raquel Mayedo. Su salida de Cuba fue discreta y solo se hizo pública a través de mensajes de bienvenida por parte de colegas exiliados.
En declaraciones a Univisión 23, tras su llegada a EE. UU. en enero de 2022, el locutor denunció las difíciles condiciones de vida de los profesionales en la isla: “Yo tenía mi trabajo, pero me estaba muriendo de hambre”. En ese momento, afirmó que buscaba una nueva vida en libertad, lejos de las restricciones del sistema cubano.