Foto: RL Hevia
Texto: Fede Gayardo
Un reciente informe del programa Alto Frontera del canal History Latinoamérica reveló un operativo antidrogas en la Terminal 3 del Aeropuerto Internacional José Martí de La Habana, que es la principal puerta de entrada a Cuba.
En esta ocasión, las autoridades intervinieron a una ciudadana cubana, residente en Guyana, que intentaba ingresar a la Isla con cocaína oculta en aparatos que, a simple vista, parecían electrodomésticos comunes.
La pasajera llegó al aeropuerto con un volumen inusualmente alto de equipaje, lo que llamó la atención de inmediato a los agentes de la Policía Nacional Revolucionaria y de la Aduana General de la República, según relatos de la fuente.
Durante el escaneo de rayos X de rutina, se identificó algo extraño en dos cajas etiquetadas como electrodomésticos. Aunque los dispositivos aparentaban ser normales, los agentes notaron que las cajas tenían un peso excesivo y el cartón mostraba irregularidades sospechosas. Una inspección rigurosa permitió descubrir pliegues diseñados para ocultar una sustancia prohibida.
En el mismo lugar, un narcotest (prueba química) confirmó que se trataba de cocaína. Ante la evidencia, la mujer, visiblemente nerviosa, afirmó que desconocía el contenido de los paquetes y sostuvo que “la persona que me dio el envío fue la que envolvió el paquete”.
Además, declaró: “Yo hace tres años que no vengo aquí”. Sin embargo, los funcionarios le advirtieron que, aunque no tuviese conocimiento de la droga, su participación en el transporte de estupefacientes conllevaría sanciones legales.
El material audiovisual divulgado por el programa muestra cómo la detenida fue formalmente puesta a disposición de los tribunales cubanos, acusada de tráfico internacional de estupefacientes, delito que podría conllevarle una pena de más de 15 años de prisión.
Hace apenas unas semanas, otro episodio de Alto Frontera relató un caso similar. Un joven cubano procedente de Miami fue detenido en el aeropuerto José Martí con aproximadamente 20 bultos sospechosos.
Un perro adiestrado y el escáner revelaron cápsulas con derivados de cannabis ocultas en envases de detergente. El implicado alegó desconocer el contenido y afirmó que solo llevaría los paquetes a la persona que lo esperaba fuera del aeropuerto.
