Foto: Jorge Luis Borges Liranza
Desde principios de noviembre será posible acceder a La Habana o salir hacia otras provincias. Esta medida forma parte de la flexibilización de las restricciones por la COVID-19, tras la disminución gradual de casos positivos en la capital y en otras áreas cercanas, según informaciones oficiales.
Las autoridades de la provincia han explicado cómo se llevará a cabo esta reapertura. A partir del miércoles 20 de octubre comenzará la venta de boletos para ómnibus nacionales, trenes y aviones.
Desde esa fecha, se eliminarán también los permisos necesarios para entrar a La Habana, los cuales se solicitaban en las direcciones provinciales de Transporte de cada zona y requerían un justificante para aprobar el viaje. Sin embargo, se mantendrán las medidas de control vehicular en los doce puntos de control, según se informó en la reunión habitual de las autoridades de La Habana que evalúa la situación de la COVID-19; también se comunicó que se están finalizando detalles sobre otros aspectos que serán anunciados próximamente.
Estas medidas de flexibilización, junto con la apertura de espacios recreativos, se espera que incrementen el flujo de personas en los ómnibus urbanos de la ciudad. Por esta razón, la Universidad Tecnológica de La Habana José Antonio Echeverría está llevando a cabo un estudio para escalonar los horarios de entrada de las personas a sus lugares de trabajo.
La escasez de combustible, las averías y la falta de piezas de repuesto de los ómnibus del servicio público, entre otros factores, han ocasionado una notable reducción en la frecuencia de viajes desde inicios de este año en La Habana.
El pasado 29 de septiembre, la ciudad flexibilizó algunas restricciones en áreas recreativas, como el acceso a playas y piscinas, y la práctica de deportes, lo que se suma a la posibilidad de disfrutar de servicios gastronómicos en espacios públicos.