Foto: tomada de teveo.com
La embotelladora de agua mineral Ciego Montero, situada en el municipio de Palmira de la provincia de Cienfuegos, ha experimentado cambios en sus rutinas productivas debido a la pandemia y la disminución de turismo internacional en Cuba, que representa uno de sus principales mercados.
En una entrevista con medios locales, Osmany Enríquez Quintana, director de la planta, revela que han conseguido mantenerse rentables. Sin embargo, Ángel Friero Guzmán, jefe de producción, señala que los incumplimientos en la producción “no se deben a problemas de la planta, sino a la escasez de mercado para nuestros productos debido a la baja demanda.”
A pesar de que en los últimos tres meses del año han observado un aumento en la demanda, la empresa ha logrado sobrevivir gracias al mercado nacional. “La mayoría del agua producida, en todos los formatos, ha sido vendida en el mercado nacional este año. Hemos registrado un incremento en la demanda de botellas de 500 y mil 500 mililitros, siendo las de cinco litros las más solicitadas. Hasta ahora, el mercado se ha mantenido abastecido.”
Una de las imágenes más comunes al inicio del año, para ilustrar la escasez de productos alimenticios, eran las tiendas del mercado nacional repletas de botellas de agua en diversos formatos. Las estanterías llenas de agua Ciego Montero se volvieron un símbolo tanto serio como utilizado en memes sobre la situación.
Históricamente, los cubanos no han sentido la necesidad de reemplazar el agua del grifo proporcionada por el acueducto por agua embotellada. Aunque la calidad del líquido ha ido en declive, y en respuesta a enfermedades como el cólera, los cubanos tienden a hervir y clorificar el agua; hasta ahora, la compra de agua embotellada sigue siendo un hecho puntual en la rutina diaria de la población.
Aunque fallos en el sistema de acueducto han causado largos períodos sin agua en diversos barrios, la mayoría de los cubanos considera que gastar dinero en agua embotellada es innecesario.
La embotelladora Ciego Montero promueve la calidad del agua subterránea cubana y, con el eslogan “embotellada en la fuente”, asegura que el agua que consumen es de calidad superior y requiere de poco tratamiento químico.