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El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha solicitado al Congreso una mayor autoridad para administrar la prisión militar en la base de Guantánamo, en Cuba, un centro penitenciario establecido por Washington para individuos sospechosos de terrorismo.
En este contexto, ha reevaluado su solicitud en un comunicado donde manifestó su desacuerdo con ciertas disposiciones del presupuesto de defensa para 2022, que asciende a 768.000 millones de dólares. Esto refleja la nueva estrategia de Washington de alejarse de Afganistán y enfocar sus esfuerzos en China y Rusia.
Es importante recordar que el presupuesto, registrado en la conocida Ley de Autorización de Defensa Nacional (NDAA), incluye restricciones para la transferencia de detenidos de Guantánamo a otros países o al territorio estadounidense, lo que obstaculiza el objetivo del presidente de cerrar dicha prisión. El demócrata instó “al Congreso a eliminar esas restricciones lo más pronto posible”.
A pesar de las diferencias, el mandatario firmó esa legislación, que incluye 24.000 millones de dólares extra a lo que había solicitado originalmente al Congreso, lo que representa un incremento del 5 % en el presupuesto de defensa en relación al año anterior.
Biden ha declarado su intención de cerrar Guantánamo, aunque su enfoque es más sutil que el de Barack Obama, quien no logró clausurar esa prisión y solo pudo reducir la población carcelaria mediante transferencias a otros países.
Actualmente, se reporta que hay 39 detenidos en Guantánamo, una cifra reducida en comparación con los 780 que pasaron por sus instalaciones desde que George W. Bush decidió abrirla en 2002.