Foto: RRSS
La semana pasada, el fallecimiento de uno de los leones marinos del Acuario Nacional de Cuba, aparentemente debido a la falta de alimentación, conmocionó las redes sociales.
Según reportes iniciales de una fuente anónima, Jocker, el animal en cuestión, murió de hambre debido a la carencia de productos adecuados en la institución para asegurar la alimentación de sus ejemplares.
Sin embargo, la directora del Acuario Nacional, María de los Ángeles Serrano, desmintió estas afirmaciones.
La funcionaria explicó que Jocker fue atendido desde que mostraron los primeros síntomas de enfermedad y recibió un seguimiento exhaustivo por parte de veterinarios y entrenadores.
Este león marino, que falleció a los 24 años, era considerado un anciano, ya que superó el promedio de vida de entre 20 y 30 años previsto para estas especies en cautiverio.
“Jocker nació el cinco de junio de 1998 y llegó al Acuario Nacional en marzo de 2003. Con el tiempo, perdió masa corporal, su comportamiento cambió, estaba ciego, y nunca lo desatendimos, ya que formaba parte de los ejemplares del acuario”, comentó Serrano a la Agencia Cubana de Noticias.
Asimismo, enfatizó que fue alimentado hasta casi minutos antes de su fallecimiento, con la cantidad de comida que aceptaba, y que recibió tratamiento por una neumonía diagnosticada.
Durante la necropsia, se le encontró una cardiopatía.
“Tuvimos mucho cuidado y nunca lo forzamos a comer, ya que eso podría resultar perjudicial; la alimentación forzada puede provocarles un infarto”, añadió.
Serrano aseguró que los animales en el acuario son “muy queridos por sus entrenadores” y se lleva un control exhaustivo de la historia clínica de cada uno desde el día que llegan al centro, incluyendo cualquier manipulación y cambios en la dieta.