Foto: Roy Leyra | CN360
Un informe preliminar de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) ha subrayado que la prensa cubana enfrenta una «represión constante», el «control de las telecomunicaciones» y experimenta «el mayor éxodo de la historia», posicionando a Cuba como uno de los países más difíciles del continente para ejercer la profesión, solo por detrás de Venezuela y Nicaragua.
El documento, que se someterá a aprobación el domingo por la Comisión de Libertad de Prensa en la Asamblea, denuncia que los periodistas en la isla son objeto de un continuo «hostigamiento» y «amenazas» por parte de un «andamiaje represivo contra la libertad de prensa» del Gobierno.
El Índice Chapultepec sobre libertad de prensa, como se le conoce, fue presentado en el contexto de la 78 Asamblea General del organismo, que se lleva a cabo en Madrid.
Esta medición abarca el período de agosto de 2021 a agosto de 2022 y es la tercera que se realiza. Cuba ocupa el puesto 20; Venezuela, el 21; y Nicaragua, el 22; siendo los países con los peores índices de libertad de prensa en todo el continente. En contraste, los mejores lugares son para Canadá, Jamaica y Uruguay. Argentina se sitúa en el puesto 12 y Brasil en el 15.
El informe proporciona ejemplos evidentes, como el caso del periodista y activista cubano Lázaro Yuri Valle Roca, quien ha estado detenido desde junio de 2021 y fue condenado a 5 años de prisión por los delitos de «propaganda enemiga de carácter continuado y resistencia», a pesar de su «grave estado de salud», según la asociación.
En este contexto, se menciona lo estipulado por el reciente Código Penal, que establece penas de hasta 10 años de cárcel por la «recepción, el uso y la posesión de fondos provenientes del extranjero», limitando así la financiación de los medios fuera del control estatal.
Además, los reporteros que no son detenidos enfrentan «citaciones policiales, cercos en sus casas y cortes de Internet», añade la SIP.
El arresto domiciliario sin orden judicial «puede durar de algunas horas a varias semanas». Otra forma de represión destacada en el informe son las sanciones económicas impuestas a comunicadores.
El papel de la estatal Empresa de Telecomunicaciones de Cuba, S. A. (Etecsa) también fue expuesto en el informe, que señala que la red de internet «es espiada y censurada», y a menudo bloqueada durante eventos como las protestas antigubernamentales del 11J.
El «monopolio estatal (…) mantiene bloqueadas decenas de sitios web de medios de prensa independientes y de diversas ONG relacionadas con los derechos humanos», comentó la SIP, agregando que: «unos 20 reporteros, fotógrafos e ilustradores renunciaron a trabajar en la prensa independiente tras la prohibición de viaje a seis de ellos para asistir a un evento».