Un anuncio sobre una vacante para masajistas ha reavivado esta semana el debate sobre el racismo en Cuba. Activistas antirracistas y personas preocupadas por esta situación han hecho sonar las alarmas ante los requisitos exigidos para el puesto, donde se solicitaba únicamente chicas blancas.
El mensaje, que fue reenviado a través de WhatsApp, no especifica el nombre del negocio o emprendimiento. Sin embargo, algunos usuarios, a través de comentarios en la publicación de Facebook que hacía el llamado de alerta, lo identificaron por el número de teléfono incluido en el anuncio, que corresponde a Masajes Habana. Lo que sí se detalla claramente es que para el puesto de masajista solo se consideraría a una “muchacha joven de 20 a 30 años (…) con buena presencia”.
Luego de estos detalles, en los que ya las cuestiones etarias y de género son complejas, el anuncio también especificaba un elemento de gran importancia: “solo buscamos en estos momentos una chica blanca, rubia o trigueña. (Disculpen los inconvenientes y estereotipos)”.
Entre las voces críticas que se pronunciaron ante este anuncio discriminatorio, se encuentra la abogada y emprendedora Deyni Terry Abreu, quien al compartir una captura de pantalla de la oferta opinó: “Si realmente funcionara la ley, si el Programa contra la Discriminación Racial, los postulados constitucionales y el Código Penal fueran efectivos para sancionar la discriminación, los responsables de estos establecimientos lo pensarían dos veces antes de exhibir tal misoginia y tan marcada discriminación”.
Hace unos meses también trascendió en redes otro anuncio que, si bien no incluía motivos raciales en su discriminación, sí excluía a las mujeres que fueran madres. Un emprendimiento de La Habana Vieja ofertaba un puesto de comercial, pero solo a aquellas mujeres sin hijos.
Los emprendimientos privados en la isla caribeña están tomando cada vez más auge, ya sea como pequeñas o medianas empresas. Si bien son imprescindibles para la economía nacional, este tipo de acciones, que refieren a la contratación de trabajadores bajo estos estrictos parámetros, evidencia la discriminación latente en la sociedad cubana.
Al respecto, la activista por los derechos LGBTIQ+, Kiriam Gutiérrez Pérez, alegó que estas desafortunadas acciones sirven para resaltar que hay racismo “institucional, judicial, político y social, además de estas joyitas emprendedoras”.