Foto: Miki López | El Mundo
A pesar de que a los habitantes de Pinar del Río no les sientan bien, los chistes sobre pinareños en Cuba han llegado a convertirse en un subgénero del humor. Son muy similares a los chistes sobre los gallegos en España, pues en ambos casos los personajes de estas historias suelen actuar con torpeza, poca inteligencia y vivir situaciones absurdas. En otras palabras: los pinareños son retratados como tontos.
En el imaginario colectivo de los cubanos, se recuerda la anécdota de la concretera que quedó atascada en un cine porque los constructores pinareños olvidaron sacarla; un chiste que se atribuye a varios pueblos, pero que ha terminado por definir como ingenuos a los hijos de Vueltabajo.
Guardando las distancias geográficas y culturales, una situación similar ha ocurrido recientemente entre dos regiones al norte de España, Asturias y Cantabria, donde la puesta en marcha de 31 nuevos trenes de cercanías se ha retrasado por tres años debido a una confusión entre el operador ferroviario y el fabricante sobre las dimensiones máximas de altura y ancho de las unidades. Resulta que los trenes no encajan en los túneles.
Financiados por un fondo de la Unión Europea, estos medios de transporte son cruciales para ambas comunidades autónomas, ya que sufren constantes problemas y accidentes en la red ferroviaria, debido a que sus trenes son antiguos, según informes de la prensa local.
Las autoridades de Cantabria subrayan que la situación ferroviaria es deplorable, mientras el presidente autonómico menciona que el tren entre Santander y Bilbao circulaba más rápido hace 60 años que en la actualidad.
Los ciudadanos de esas regiones se preguntan cómo es posible que un proyecto que ha costado casi 260 millones de euros pueda contener este tipo de errores, llegando incluso a sugerir que se modifiquen los túneles para que quepan los nuevos trenes; algo parecido a romper las paredes del cine con un martillo para sacar la concretera atascada.
El escándalo ha llegado a la Unión Europea. El Banco Europeo de Inversiones tiene la intención de revisar el préstamo de 150 millones de euros otorgado al operador ferroviario Renfe para la compra de los trenes y, al mismo tiempo, analizar si el retraso en las obras está justificado.
Además, sería pertinente investigar si, en medio de la ola migratoria de cubanos hacia la Madre Patria, algún pinareño está involucrado en este lío de los trenes que no caben en los túneles de Asturias y Cantabria.