Desde 1991, Haricaman ha estado operando como una empresa familiar en Añover de Tajo (Toledo), España. Comenzó su trayectoria sirviendo a los panaderos locales, pero ha evolucionado hasta convertirse en una importante fábrica.
Su éxito se ha extendido a grandes cadenas como Carrefour, Auchan, Alimerka y El Corte Inglés. Actualmente, produce 60 millones de bolsas al año que incluyen harinas, pan rallado y cereales de desayuno, de las cuales el 20% se exportan a países como Portugal, Cuba, Francia y Emiratos Árabes.
Nicolás Rodríguez, hijo del fundador y actual CEO de la empresa, comentó en una entrevista para El Confidencial: “Cada vez había más fábricas de harina y menos espacio, así que decidimos enfocarnos en la gran distribución”.
La compañía colabora con agricultores locales, lo que les ha permitido crecer incluso durante la pandemia. Haricaman trabaja constantemente en la modernización de sus instalaciones, buscando la eficiencia en la maquinaria y «en todos los aspectos», según enfatiza el CEO.
A pesar de que su actividad ha sido afectada por el aumento en los precios de las materias primas, que rondan el 30% y 40%, a través de la innovación han logrado enfrentar estos desafíos. Esto incluye la instalación de energía solar en el techo de sus oficinas, así como la autosuficiencia en el consumo durante las horas pico del día y un plan anual para reducir su huella de carbono.
Un aspecto clave para esta empresa es la especialización en el sector: “Generas valor añadido al enfocarte en la elaboración de diferentes especialidades. La transformación mecánica sin aditivos, en un producto accesible, de calidad y económico es hacia donde nos dirigimos”, resalta Rodríguez.
Desde su inicio, han trabajado en diversificar su portafolio de productos. De hecho, en 2005, incorporaron el pan rallado, lo que les permitió abrir la puerta a productos sin gluten. Más tarde, en 2017, inauguraron su fábrica de cereales de desayuno, una línea que ha contado con el apoyo de Banco Santander para su desarrollo.
