Pinar del Río enfrenta la más desafiante campaña tabacalera de su historia.

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Texto: Hugo León

Al igual que lo ocurrido con la zafra azucarera en Cuba, que en 2021 fue inferior a la del peor año de la Guerra Grande (1868-1878), la campaña tabacalera ha ido en declive en los últimos años. En la actual contienda, que comenzó en 2022, Pinar del Río está viviendo la peor de su historia.

De acuerdo con datos oficiales, a pocos días de culminar las siembras, en la provincia occidental apenas se han plantado cerca de cinco mil 150 hectáreas de este cultivo, uno de los rubros exportables más estables e importantes para el país y el principal en el sector agrícola.

Este dato se vuelve más significativo considerando que históricamente Pinar del Río ha producido entre el 60 y el 70 por ciento del tabaco cubano, y los puros originarios de esta provincia son altamente demandados, siendo reconocidos como “el mejor tabaco del mundo”.

El pronóstico para la campaña tabacalera de 2022-2023 en Pinar del Río era de alrededor de 11 mil 200 hectáreas, según informaron recientemente medios estatales; sin embargo, en la práctica, se ha llegado a menos de la mitad de esa meta.

¿Por qué la drástica reducción de la campaña tabacalera?

Según funcionarios del sector, la causa de la caída de la industria tabacalera en Pinar del Río este año se debe a los estragos causados por el huracán Ian, que afectó el occidente cubano a finales de septiembre de 2022.

Las autoridades provinciales informan que este fenómeno hidrometeorológico destruyó más del 90 por ciento de las casas de secado y causó serios daños a la infraestructura tabacalera en general.

Con pocas semanas restantes para el inicio de la siembra, más de 10 mil edificaciones de este tipo, de las 12 mil disponibles en la provincia, fueron derribadas por la fuerza del viento y de la lluvia.

La crítica situación económica del país agravó el problema: la industria tabacalera no pudo reconstruir las casas a la velocidad necesaria para proteger las hojas de la cosecha actual.

Ante esta situación, según especialistas del grupo empresarial Tabacuba, se decidió priorizar las vegas de mayor calidad y garantizar las demandas de exportación.

Además, se extendió el cronograma de siembra en 50 días y se ajustó el plan en dos ocasiones: primero se redujo a casi seis mil 400 hectáreas, y posteriormente a poco más de cinco mil 700.

Las demoras en la construcción de las casas de secado se debieron a varias causas, entre las que Tabacuba menciona la falta de madera para edificar los locales.

A pesar de que la siembra está a punto de concluir, mil 400 de las tres mil 977 casas de secado requeridas para el tabaco que ha sido sembrado aún están en construcción.

Asimismo, más de mil 100 campesinos no han podido comenzar la siembra, y muchos de ellos probablemente no lo hagan, de acuerdo con el reporte de los especialistas de Tabacuba en la provincia.

¿Qué se puede esperar para el año próximo?

Los medios estatales han citado a los campesinos pinareños, quienes afirman que lo ocurrido en esta contienda es solo una “escaramuza” y que en la próxima campaña se espera un mejor resultado, ya que las causas del desastre estuvieron relacionadas con el huracán Ian, algo fuera de su control.

Para que la próxima campaña tabacalera en Pinar del Río regrese a los números acostumbrados, Tabacuba enfrenta el desafío de construir más de nueve mil 400 casas de secado en pocos meses, incluyendo las mil 400 que aún no están listas y son necesarias para la campaña actual.

Además, a la luz de lo sucedido con los campesinos, deberá reincorporar a miles de tabacaleros a las labores de siembra, así como a otros que se ocupan de las tareas asociadas a la siembra, recolección, secado y manufactura.

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