Regresa la falta de combustible a La Habana: ¿Cuál es la opinión de los transportistas?

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Foto: Roy Leyra | CN360

Texto: Hugo León

Este último fin de semana, varias imágenes publicadas en redes sociales mostraron arterias principales como la avenida 23 en el Vedado de La Habana casi desiertas, lo que generó preguntas y comentarios sobre la escasez de combustible en la ciudad.

Mientras tanto, las filas en los servicentros se alargaron durante horas sin éxito. Según varios conductores entrevistados por Cuba Noticias 360, tras esperar la mayor parte del día por la liberación de petróleo, se recibió una comunicación indicando que no se vendería el codiciado combustible.

En este contexto, una nota del diario estatal Granma, publicada el mismo domingo, anunciaba que el Gobierno provincial de La Habana había decidido implementar nuevas medidas para afrontar la “situación provocada por la falta de abastecimiento de diésel a los transportistas privados o propietarios de vehículos de este sector”.

Entre las medidas, se reajustarán las asignaciones de combustible para actividades esenciales, permitiendo que se venda diésel en cuatro servicentros de la capital.

Según la nota, estas instalaciones estarán disponibles durante la madrugada para ofrecer servicio a la población por la mañana.

Asimismo, se considerará la venta de combustible en función del tipo de vehículo, con un límite de litros establecidos por categoría. Sin embargo, el documento no precisa cuáles serán las cuotas asignadas en cada caso.

Foto de La Rampa tomada el sábado. Fuente: RRSS

Este medio confirmó que la situación en cuanto a la venta de combustible a porteadores privados ha sido inestable desde hace al menos un par de semanas.

Según dos propietarios de vehículos que funcionan como taxistas, en los últimos meses hubo un breve periodo de cierta facilidad para obtener combustible, pero esto volvió a complicarse desde marzo, resurgiendo las largas colas para adquirir el petróleo.

Uno de ellos está considerando entregar su licencia de cuentapropista debido a la situación descrita.

El entrevistado indicó que, según el contrato con las autoridades de transporte, cada propietario debe comprar una cantidad mínima de combustible dependiendo del tipo de vehículo y pagar por adelantado. Sin embargo, como el Estado no puede garantizar la disponibilidad del petróleo ya pagado, siente que no tiene sentido seguir con este modelo.

Prefiere, añade, comprar menos combustible en el mercado informal, aunque sea un poco más caro, y trabajar sin la licencia hasta que se normalice el suministro. Dado que los precios de los vehículos han subido y en la ciudad el viaje más corto cuesta 50 pesos, incluso si es solo de tres cuadras, “siempre habrá negocio”, concluyó.

La situación con el transporte y la escasez de combustible en la capital ha sido volátil durante al menos un año, lo que ha provocado colas de varios días en las gasolineras y también la reducción de la cantidad de viajes de los medios de transporte estatal.

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