Foto: RRSS
Texto: Hugo León
“El martes menos pensado nos enteramos de que Pánfilo ha desaparecido”, se escuchó temprano esta mañana en la concurrida Virgen del Camino, donde una señora compraba café. Y quien no crea que en Vivir del Cuento el pitcheo está “bajito y pega’o”, que remítase al episodio de anoche que vale oro.
Es un hecho bien conocido que Cuba es un país donde todo permanece igual: ni los problemas ni los responsables de esos problemas cambian, y cuando alguien intenta señalar a un culpable, algo ocurre que al final no se menciona y, como cantaba Julio Iglesias, “la vida sigue igual”.
-Evadir el problema es alimentarlo, apuntó Meriño, el carnicero de la zona.
-Mira quién habla, el que tiene a todo el barrio preocupado por la alimentación, le contestó Evarista.
-¿Yo? La culpa de eso la tiene…
-Compañero, compañero, mejor no meternos en eso.
-Sí, es mejor evitar eso, que si no tendremos que cambiar todos los muebles, concluyó Isidoro.
No habían pasado tres minutos del episodio y los vecinos ya habían expuesto la realidad de la isla, y Pánfilo aún no había hablado.
Pánfilo: la vida en fosa
El guion del programa aborda una fosa que lleva 15 años sin que las autoridades del barrio resuelvan el problema, ignorando las quejas, pedidos y trámites que ha hecho Pánfilo.
“Mi problema ya pasó la edad de la peseta, ya es adolescente, en cualquier momento se jubila”, comentó Pánfilo sobre la fosa. Más adelante, en el episodio, sueña con celebrar el cumpleaños número 15 de la fosa con trajes, un carro clásico y hasta un vals.
Asimismo, se presenta una comparación entre los productos que recibía la población hace 60 años y la reducida canasta básica que actualmente trata de sostener su alimentación.
El programa también muestra cómo las redes sociales pueden resultar engañosas o ser malinterpretadas, llevando a las personas a juzgar sin conocer la realidad. Además, se menciona cómo, aunque los “influencers” tienen influencia sobre sus seguidores, no siempre son motores de acción para el gobierno.
También se sugiere que las mismas autoridades que durante 15 años no pudieron resolver el problema, al recibir una repentina atención, intentan aprovechar la oportunidad para llevarse el crédito.
¿Cómo se resuelven los problemas?
Finalmente, la fosa es reparada solo porque el barrio iba a recibir la visita de autoridades provinciales que tendrían una actividad en la escuela local. Esto es algo común para los cubanos: que los problemas se resuelvan -al menos temporalmente- como una fachada, o porque alguien “de arriba” va a inspeccionar.
La señora que compraba café esta mañana era sabia, pero si un martes cualquiera suspenden Vivir del Cuento por sus comentarios cargados de humor, habrá desaparecido el programa más visto de la televisión cubana y, además, el único que realmente dice las cosas como son.