Foto: Rigoberto Ferrera | Facebook
Texto: Fede Gayardo
En un país donde los amplios espacios de difusión están bajo control estatal, cada vez más artistas hallan en Internet un refugio creativo y crítico. Entre ellos, Rigoberto Ferrera destaca, un talento que lo ha convertido en un rostro conocido desde hace décadas, pero cuya voz ha cobrado nueva fuerza al «migrar» su trabajo a las redes sociales.
Desde que su presencia en la televisión estatal se vio interrumpida en 2007, el humorista cubano ha encontrado en plataformas como Facebook e Instagram un espacio para seguir haciendo reflexionar y divertir a los cubanos.
“Las redes sociales me han otorgado la independencia de no estar atado a un medio como la televisión cubana, que es estatal. A veces, la televisión limita la posibilidad de criticar o denunciar lo que se hace mal, y las redes te permiten hacerlo sin censura alguna. También te permiten promocionar los lugares donde te presentas sin depender de otro medio estatal”, comentó recientemente el comediante a La Familia Cuba.
Con una gorra que lleva el mensaje “Cuba Libre”, el popular artista destacó la importancia de medir cada publicación: “En las redes sociales hay que tener cierta responsabilidad en lo que uno comparte, pero es una buena plataforma para denunciar lo que está mal”.
Una de las anécdotas que compartió sobre la censura ocurrió en Santiago de Cuba, donde un funcionario de Cultura convirtió su espectáculo en un tabú: “En Santiago de Cuba, un público excelente, para el que siempre mando un abrazo, hubo un sapingo en Cultura que, de repente, me declaró persona non grata en el Heredia. La razón fue que estaba actuando y me dijeron: ‘Tienes que tener cuidado porque en el público hay un militar, no sé qué grado tenía. Mira lo que vas a decir’”.
Más adelante habló sobre la escasez de espacios en la Isla, aunque afirmó que esto no ha detenido su labor creativa, ya que ha encontrado nuevos espacios privados: “He dejado de hacer teatro, bueno, ya no hay teatros, ¿no? Pero me he dedicado a establecer un espectáculo en los bares, que es algo que me gusta. Abro puertas para que los humoristas que quedan puedan tener trabajo”.
En otro momento de la conversación con el citado proyecto, Ferrera reveló por qué no ha abandonado Cuba como muchos otros artistas en tiempos recientes. Según contó, esto se debe a motivos personales y afectivos.
“Tuve en un momento, en 2001, la posibilidad de irme con mis hermanos, pero estaba enamorado y tenía mucho trabajo, además de ser muy joven, así que decidí quedarme”, comenzó diciendo.
Actualmente, mencionó que cuida de su madre: “Mi mamá es discapacitada, así que yo soy su sostén, y eso me impide emigrar”.
Las revelaciones del comediante cubano resuenan con muchos otros artistas que aún permanecen en la Isla y, lejos de los focos estatales, continúan generando sonrisas y cuestionamientos desde las diversas plataformas y espacios que han logrado establecer.