Foto: Luis Silva Pánfilo | Facebook
Texto: Hugo León
Si hay un programa de la Televisión Cubana que maneja con destreza temas sensibles de la sociedad, combinando humor y un enfoque contundente, ese es, sin duda, Vivir del Cuento.
El programa está a punto de cumplir 15 años al aire y lo celebra en medio de la controversia surgida por su último episodio, titulado “Bodeguita en casa”, donde Pánfilo se adentra en el mundo de los negocios con una mipyme.
-“Desde que el hombre de la mipyme lo convenció para abrir la bodeguita aquí, Pánfilo Epifanio ha cambiado”, apuntaba Chequera en los primeros minutos.
-“Es que el dinero no asegura la felicidad, pero tranquiliza los nervios”, le respondía Osvaldo Doimeadiós, interpretando a Mañena en el programa.
Pánfilo se muestra más ocupado que nunca, ya no lidiando con las colas o los problemas cotidianos del cubano común, sino haciendo cuentas, atendiendo a clientes e incluso participando en una cena de negocios en Tropicana.
Pánfilo reflexiona brevemente sobre lo que la mipyme le ha permitido: “¿Ha aumentado mi poder adquisitivo? Es cierto. ¿Ahora me doy ciertos lujos? Es cierto…”
¿Críticas a Pánfilo?
Al parecer, Chequera tiene ciertas reservas sobre el “señor Escobar” que invitó a Pánfilo al negocio, y no es el único que ha hecho comentarios incisivos. Tras el episodio de Vivir del Cuento, se desató un intenso debate en las redes sociales sobre el capítulo y el programa en general.
Varios usuarios de Facebook destacaron que se trató de un guion impecable, agradeciendo que los censores demostraran ser “permisivos e inteligentes, capaces de entender el choteo como un recurso ancestral de supervivencia”, como mencionó el ex decano de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, Raúl Garcés, en su perfil personal.
No obstante, algunas personas creen ver intenciones ocultas. Por ejemplo, afirman que “Pánfilo está provocando y busca ser censurado para luego poder criticar al gobierno y a la intolerancia, buscando justificación para irse con galones”.
Este comentario, publicado en Facebook por un internauta llamado Lizardo Salazar, generó una rápida reacción de decenas de personas, incluida una respuesta de un perfil que dice ser el actor Luis Silva, quien replicó que en Vivir del Cuento solo se expresa “un 1% de lo que deberíamos decir”.
“Las desdichas y tragedias del cubano son tantas que no caben en 30 minutos”, añadió.
“A palabras embarazosas, oídos preservativos. Desafortunadamente, las redes están inundadas de comentarios con mil intenciones. Duerme tranquilo sabiendo que la mayoría de los cubanos te aprecian”, afirmó otro televidente.
La controversia en las redes refleja el programa, que hace evidente cómo el país debe importar numerosos productos que anteriormente se producían en la isla; la facilidad con la que las mipymes traen y descargan productos que el estado tarda en obtener, como el café, e incluso sobre los puestos ocupados por personas mayores.
“Hay personas con más edad y más responsabilidades… mira al jefe de la Oficoda, tiene 90 años y sigue ahí, manejando las cosas con una línea directa al aeropuerto”, decía Mañeña. Cualquier semejanza con otros altos cargos del gobierno cubano es pura coincidencia.
El programa deja claro que el dinero es un poderoso caballero, como reza un viejo refrán. De repente, mientras Pánfilo tiene los bolsillos llenos, no experimenta problemas de salud y puede adquirir lo que necesita, viendo cómo todo se facilita.
Incluso Chequera se muestra más flexible en sus críticas hacia el señor Escobar cuando este le propone trabajo.
Al final, el “señor Escobar” resulta ser un agente encubierto de la policía, en medio de una operación para atrapar a un sobrino lejano de Pánfilo, implicado en el robo de obras de arte. Y hay que devolver el dinero.
¿Qué sería de Vivir del Cuento sin la controversia y la crítica humorística? Y ¿qué sería de la televisión cubana sin su programa estrella, como lo consideran muchos telespectadores? Estas son preguntas que surgen tras cada episodio y también con cada mensaje en redes sociales.
