Foto: Archivo | CN360
Tres años deberán transcurrir desde la explosión del Hotel Saratoga, en mayo de 2022, para que los vecinos de uno de los edificios dañados, adyacente a la instalación turística, puedan retornar a sus hogares.
No será hasta mediados de 2025, según el primer ministro Manuel Marrero, que los residentes de Prado 609 volverán a sus domicilios. “Es un tiempo prolongado, que afecta la vida de esas personas”, expresó, en este sentido, el propio Marrero.
La fecha estimada para concluir los trabajos de aseguramiento del hotel, antes de iniciar las obras de reconstrucción, está programada para febrero del próximo año.
Asimismo, la Iglesia Bautista, que también sufrió considerables daños por la explosión, estará lista en agosto de 2025, según lo promete el gobierno.
Una nota de Cubadebate resume el encuentro con funcionarios cubanos, donde se establecieron estas fechas: “Se informó que, tras finalizar en febrero la puesta en seguridad del edificio vecinal, comenzarán las obras de reconstrucción. Según lo previsto, la inversión estará lista en mayo de 2025, con un proyecto ejecutivo que fue discutido con las familias residentes, a las que se les informa regularmente sobre el avance de las labores”.
Más allá de la devastación de gran parte del hotel, la onda expansiva afectó a otras 17 estructuras en la zona, como el Capitolio, al menos cuatro edificios de viviendas, una escuela, dicha iglesia bautista y el teatro Martí.
En el trágico suceso, murieron un total de 47 personas, varios de los trabajadores del lugar, y otras 80 resultaron heridas.
Recordemos que este incidente ocurrió a cuatro días antes de la reapertura al público del lujoso hotel de cinco estrellas, del Grupo de Administración Empresarial S.A. (GAESA) de las Fuerzas Armadas, que había estado cerrado durante dos años debido a la pandemia.
La explosión provocó que 22 familias damnificadas fueran alojadas en el hotel Las Brisas, del complejo turístico de la Villa Panamericana, en La Habana.
Apenas 48 horas después del accidente, 62 personas ya estaban siendo hospedadas en dicho hotel y otros damnificados eran acogidos por familiares y amigos en sus hogares, residentes en los edificios de Prado 609, Prado 617, Zulueta 512 y Zulueta 508.