El polifacético actor, diseñador y director artístico Allán Alfonso, uno de los fundadores del teatro de títeres en Cuba, falleció este lunes a los 79 años.
Considerado uno de los más destacados exponentes del teatro con títeres en la isla, Alonso incorporó a su labor técnicas legadas por los hermanos Camejo y Pepe Carril, pioneros en la profesión del trabajo con títeres en Cuba.
En el teatro Guiñol de Santa Clara, Alonso realizó una obra sumamente laboriosa y se convirtió en una de sus figuras más emblemáticas.
En este colectivo, donde estuvo más de 50 años, se destacó por la pasión con que se dedicó al arte titiritero y por una técnica altamente refinada en las puestas en escena, que sirvió de escuela e influencia para otras generaciones de cultores de esta manifestación en la isla.
Su contribución también fue decisiva para que el Guiñol de Santa Clara se consolidara como uno de los grupos más importantes de su tipo en Cuba.
Perteneciente a la época de oro del teatro con títeres en el país, Alonso fue un pilar fundamental en el trabajo para niños desde las tablas, donde siempre demostró inteligencia, carisma y un probado talento para transmitir el mensaje y enseñanzas de sus obras a los más pequeños.
Durante cinco décadas, Alonso convirtió su labor en una ciencia, con técnicas que resumió en una frase que ha inspirado a generaciones de titiriteros en Cuba: “Manipular un títere es como actuar con la cabeza en la mano”.